HISTORIA DEL NUEVO TESTAMENTO IV

by AdminObra

Ninguno de los escritos del siglo II, después de Cristo, compuso un catálogo de los libros bíblicos.

Los escritos a los que nos referimos serían de los Santos Padres, en la primera de su etapa, esto es, los Padres Apostólicos, por ejemplo, la Didajé, San Clemente Romano, el Pseudo-Bernabé, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo, San Justino, Taciano, Atenágoras, San Teófilo y San Irineo.

Estos escritos son importantísimos en la historia del cristianismo, coincidieron con testigos de la vida de Jesús, incluso con algunos Apóstoles. Pero nunca entraron en el canon.

Estos escritos:

– citan o aluden a casi todos los libros que formarán el canon bíblico;

– no ponen en duda la autoridad de ninguno de los libros inspirados;

– reconocen en esos libros una autoridad suprema.

Se observó, además que en casi todas las comunidades cristianas primitivas se reconocía la autoridad canónica de dos grandes colecciones parciales:

  1. Los Evangelios; y,
  2. El “corpus paulinum” (incluyendo Hebreos), a los que se añaden otros escritos: Hechos de los Apóstoles, Primera de Pedro, Primera de Juan, Apocalipsis.