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SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO IV
LA PATERNIDAD
Fecundación artificial
- ¿Qué enseña la Iglesia sobre la fecundación artificial?
La Iglesia enseña sobre la fecundación artificial que:
- Todas las hipótesis, intentos y procedimientos para obtener un ser humano sin respetar la naturaleza propia del acto conyugal, deben ser considerados contrarios a la moral, en cuanto que lesionan el derecho de la persona a ser concebida y a nacer EN el matrimonio y DEL matrimonio;
- Las investigaciones y experimentaciones hechas con embriones humanos, que han producido y producen la muerte de los mismos, son INMORALES;
- La inseminación artificial INCLUSIVE DENTRO DEL MATRIMONIO no se puede admitir, salvo en el caso en que el medio técnico no sustituya al acto conyugal, sino que sea una facilitación y una ayuda para que aquél alcance su finalidad natural;
- La fecundación “in vitro” entre esposos es EN SÍ MISMO ILÍCITA y contraria a la dignidad de la procreación y de la unión conyugal, aun cuando se pusieran todos los medios para evitar la muerte del embrión humano;
- La fecundación artificial –inseminación artificial, concepción “in vitro”, maternidad sustitutiva, etc.- entre un hombre y una mujer no casados es INMORAL POR SÍ MISMA, y por la inmoralidad de la procreación en adulterio;
- La congelación de embriones constituye una ofensa al respeto debido a los seres humanos;
- La praxis de mantener en vida embriones humanos, “in vitro”, para fines experimentales o comerciales, es completamente contraria a la dignidad humana;
- No se puede matar o dejar morir a los embriones “in vitro”, porque es un grave atentado contra la vida de esos seres humanos, que la Iglesia condena, como condena el aborto provocado.
Estas manipulaciones son contrarias a la DIGNIDAD PERSONAL del ser humano, a su INTEGRIDAD y a su IDENTIDAD.