A partir de hoy, consideraremos la eclesiología de San Mateo, si es que se la puede llamar así, pues es el tratado que estudia dogmáticamente el Misterio de la Iglesia. En cualquier caso, nos acercaremos a las comunidades que nacen en torno al “Dios con nosotros”.
Aún así, San Mateo es el único evangelista que usa la palabra “iglesia” (Mt 16, 18; 18, 17). Y el proyecto de Nuestro Señor es fundar o instituir la Iglesia. Le vemos.
Esto se reconoce en el primer pasaje señalado. Nuestro Señor tiene la voluntad de fundar “su” Iglesia. A ello apunta toda su actividad desde su comienzo, y particularmente la formación de sus discípulos, a los que desde la primera llamada promete hacer “pescadores de hombres” (Mt 4, 19). Tras su Resurrección los enviará a hacer discípulos a todas las naciones bautizando y enseñando (Mt 28, 19-20).
Esta Iglesia se edificará sobre la “roca” que es Pedro (Mt 16, 18), y tiene a los Doce Apóstoles como su núcleo fundamental, en torno al cual se articula la comunidad de los discípulos de Jesús; una comunidad en la que sus discípulos tienen la tarea, con Pedro a la cabeza, de “atar y desatar” en el Cielo, con todo lo que ello conlleva.
Llegados hasta este punto, mañana seguiremos un poco más.