PREPARANDO CRISTO REY

by AdminObra

Que Cristo es Rey, es una afirmación fundamental que encontramos en los salmos, en los profetas, en el Evangelio, en San Pablo y en el Apocalipsis. Buscar textos que prueban la realeza de Cristo es como buscar agua en el mar.

La lectura de la encíclica Quas Primas nos muestra un ramillete de textos escogidos que versan sobre la realeza de Cristo.

En la misma encíclica nos adoctrina Pío XI diciendo que Cristo es Rey en sentido propio y no meramente metafórico. Es decir, Cristo, como hombre, ha recibido del Padre toda potestad y dominio sobre toda nación.

No se trata de afirmar que, puesto que Cristo es Dios le pertenece todo. Su realeza propia arranca de la promesa formal y explícita de que el Salvador del mundo, el Mesías, es no sólo el propio Hijo de Dios, sino también el Rey de Israel, de la vara de Jesé, de la estirpe de David.

Esta realeza propia de Cristo es la que nos configura a nosotros como “pueblo” cristiano.

Si la realeza de Cristo sólo lo es en sentido figurado nuestra constitución como pueblo no alcanza la misma dimensión y sentido que si Cristo es Rey, como hombre, en sentido propio.

La consumación y plenitud de esta promesa no es otra sino Cristo mismo. Tenemos la promesa de que un día Cristo Rey ejercerá todos sus derechos sobre su pueblo que comprende todo el mundo sin excepción.