TRATADO DEL PURGATORIO, de Santa Catalina de Génova – 13

by AdminObra

Cuando el alma se encuentra a sí misma en el camino a ese estado primario, se necesita para la transformación un fuego como el Purgatorio. En realidad, es ese instinto o tendencia irrefrenable hacia Dios, lo que hace el Purgatorio.

Un último acto de amor hace Dios por el hombre sin su ayuda. Hay tantas imperfecciones escondidas en el alma que, si pudiéramos verlas, viviríamos en la desesperación. Pero en el estado al que me he referido, todas esas imperfecciones son eliminadas, y sólo entonces Dios se muestra, y les enseña el funcionamiento de esto para que van cómo el fuego del amor, por bondad suya, está quemando, eliminando todas las imperfecciones.