LECCIONES SOBRE EL APOSTOLADO de la ORACIÓN – TERCERA LECCIÓN

by AdminObra

TERCERA LECCIÓN: “CONSECUENCIAS PARA NUESTRA VIDA PRÁCTICA”

Vamos a explicar las últimas frases de la lección anterior, en las que decíamos que la vida de Cristo sigue siendo redentora, y que esa vida suya en nosotros nos compromete en su “trabajo”.

  1. La Redención no ha terminado.
    1. De parte nuestra: porque necesitamos ser salvados. Basta ver el mundo. Basta un poco de experiencia personal o colectiva, para ver que todos los intentos de los hombres por liberarnos del mal moral basándonos en nuestras propias fuerzas, acaban en fracaso. Hay progreso material, técnico, científico, cultural, etc. Pero todo este progreso no logra arrancar del corazón humano el mal y la tendencia al mal. Los hombres se siguen matando, lo hombres siguen diciendo mentiras, los hombres siguen cometiendo injusticias.
    2. De parte de Dios: porque no existe más que uno que pueda salvarnos; el único Salvador, el Redentor insustituible es Jesucristo. Cuando una vez acusaron a Jesús de trabajar en día de descanso, El justificó su proceder diciendo que el Padre y El no tienen “vacaciones”. Esto es, no cesan de amarnos. De sentir nuestras ofensas. De desear nuestro bien total. Siguen haciendo la obra de Redención.
  2. ¿Cómo continúa realizándose la Redención?
    1. Jesús ya no está en la tierra, visible corporalmente. Ahora, en la etapa de su glorificación celeste, con su cuerpo resucitado y glorioso, Jesús es “Señor”, con pleno poder en el cielo y en la tierra para llevar adelante, hasta su término, la obra de nuestra Salvación:
      1. Intercediendo por nosotros.
      2. Presenta al Padre el valor eterno de la ofrenda que hizo de Sí mismo en la tierra muriendo por nosotros, es decir, la Eucaristía.
  • Nos comunica su Gracia en los sacramentos.
  1. Por el Espíritu Santo va creando en nosotros la conciencia de redimidos que puedan y deben colaborar con El a redimir a otros; nos va dando los mismos sentimientos de su Corazón redentor.
  2. Gobierna la Iglesia, que es el medio para salvar el mundo.
  1. No quiere trabajar solo.

Jesucristo es Rey. Pero es Rey de amor auténtico y total, y por eso ni abdica ni renuncia a su reinado, ni quiere imponerlo por la fuerza. Es Dios, ¡pero no quiere bastarse a Sí mismo! Nos pide, como si le hiciéramos un gran favor, que le ayudemos.

Es el estilo de Dios, pues quiso redimir a los hombres con los actos humanos de una persona divina (el Hijo); y quiere redimir a los hombres mediante actos humanos, entrega de voluntades humanas, mediante el amor solidario de nuestros corazones humanos unidos al Suyo. Jesucristo quiere dejarse ayudar por nosotros.

Sigue siendo su estilo. Jesucristo Rey nos pide que redimamos al mundo con El. Redimir al mundo no es sólo imitar a Jesús, es realizar – El y nosotros- una obra única, la misma obra. Dios lo ha querido así. Los méritos sobreabundantes de Jesucristo nos capacitan para ello.

 

Algunas citas bíblicas para considerar: Col 1, 24- 29; Mc 1, 16-20.