- Santas PERPETUA y FELICIDAD, mártires. En Cartago, Túnez. En tiempos de Septimio Severo fueron detenidas junto con otros catecúmenos. Perpetua, matrona de unos veinte años, era madre de un niño lactante, mientras que Felicidad, su esclava, estaba entonces embarazada, por lo cual, según las leyes, no podía ser martirizada hasta que diese a luz. Llegado el momento, en medio de dolores de parto, se alegró de ponerse expuesta a las fieras, y así, con rostro alegre, pasaron las dos de la celda al anfiteatro para ser devoradas. (203).
- Santos SÁTIRO, SATURNINO, REVOCATO y SECUNDINO, mártires. En Cartago. Bajo la misma persecución, el último murió en prisión, y los otros maltratados por las fieras y, finalmente, degollados, tras darse el ósculo de la paz. (203).
- San EUBULIO, mártir. En Grecia. Compañero de San Adriano, y dos días después de él alcanzó la gloria al ser destrozado por los leones y decapitado. (309).
- Santos BASILIO, EUGENIO, AGATODORO, ELPIDIO, ETERIO, CAPITÓN y EFRÉN, obispo y mártires. En Grecia. (s. IV).
- San PABLO, el “simple”. En la Tebaida. Discípulo de San Antonio. (s. IV).
- San GAUDIOSO, obispo. En Brescia. (s. IV).
- San ARDÓN ESMARAGADO, presbítero. En Septimania, Francia. Compañero de San Benito de Aniane en la vida de cenobio. (843).
- San PABLO, obispo. En Bitinia. Defendió el culto a las imágenes por lo que fue desterrado de su patria y murió en el exilio. (850).
- Beatos JUAN LARKE y JUAN IRELAND, presbíteros, GERMÁN GARDINER, mártires todos. En Londres. Ahorcados por su fidelidad al Papa en tiempo de Enrique VIII. (1544).
- Santa TERESA MARGARITA REDI, virgen. En Florencia. Carmelita Descalza. Avanzó por el camino de la perfección y murió siendo aún joven. (1770).
- San JUAN BAUTISTA NAM CHONG-SAM, mártir. En Seúl. (1866).
- Santos SIMEÓN BERNEUX, obispo, JUSTO RANFER de BRETENIÈRES, LUIS BEAULIEU y PEDRO ENRIQUE DORIE, presbíteros; mártires. Sai-Nam-Hte, Corea. De la Sociedad de Misiones Extranjeras de París. Decapitados por afirmar que habían ido a Corea a salvar almas. (1866).
- Beato LEÓNIDAS FËDOROV, obispo y mártir. En Kirov, Rusia. Siendo exarca apostólico de los católicos rusos de rito bizantino, mereció ser discípulo fiel a Cristo hasta la muerte junto con otros ucranianos a manos de los comunistas rusos. (1934).
Hoy recordamos especialmente a SANTA TERESA MARGARITA REDI
Nació en Arezzo (Italia) de noble familia, el 15 de Julio de 1747.
Se llamó Ana María Redi. Fue alma contemplativa desde muy pequeñita. Con frecuencia se quedaba ensimismada y preguntaba: «Decidme, ¿quién es ese Dios?».
Atraída por el lema de San Juan: «Dios es amor» (1 Jn 4,16), el 1 de Septiembre de 1764 ingresó en el Carmelo de Florencia y el 11 de Marzo de 1765 vistió el hábito tomando el nombre de Teresa Margarita del Sagrado Corazón de Jesús.
Durante toda su vida vivió el lema: «Escondida con Cristo en Dios«.
Más que «maestra» fue un continuo y magnífico «testimonio» de vida espiritual.
Fue el apóstol del Sagrado Corazón y de la Santísima Virgen del Carmen, a la que amó entrañablemente.
Según uno de sus biógrafos, pertenece «a la progenie espiritual sanluanista más pura. La llama oscura del amor infuso que la abrasa y la consume, ilumina y dirige toda la vida, haciéndole tocar las cumbres de la vida trinitaria, desde donde se abre al más ardiente apostolado contemplativo.»
Fue también una gran mística y para llegar a serlo usó sobre todo de dos medios: una dura ascesis e intensa caridad fraterna.
Asimiló perfectamente las enseñanzas de Santa Margarita de Alacoque sobre el Sagrado Corazón y las vivió de modo muy personal hasta llegar a la intimidad con la Santísima Trinidad.
Supo cubrir con las cenizas de la santa humildad sus dotes naturales: nobleza, cultura e inteligencia, y conservar en el más profundo silencio, las gracias que recibía de Dios, disimulando continuamente todo acto de virtud.
A los 23 años una peritonitis truncó su vida.
Era el 7 de Marzo de 1770 cuando expiró «inclinada la cabeza y abrazada modestamente a su querido Crucifijo«.