Hoy, 30 de diciembre, la Iglesia celebra a:

by AdminObra

 

  1. San FÉLIX I, papa. (274).
  2. San HERMERTES, exorcista y mártir. En Mesia inferior, actual Bulgaria. (ss. III/IV).
  3. San ANISIO, obispo. En Tesalónica. Vivió en tiempos del emperador Teodosio. Los papas lo nombraron vicario apostólico en Eslavonia. (406).
  4. San PERPETUO, obispo. En Tours. Edificó la basílica de San Martín y muchas otras en honor de los santos, y reguló la vida práctica con ayunos y vigilias. (491).
  5. San GEREMARO, abad. En Beauvais, Francia. (658).
  6. San EGVINO, obispo. En Worcester, Inglaterra. Fundó el monasterio local. (707).
  7. San RAINERIO, obispo. En los Abruzos italianos. Cuya habilidad en administrar los bienes alabó el papa Alejandro II. (1077).
  8. San ROGERIO, obispo. En Apulia, Italia. (s. XII).
  9. San LORENZO, monje. En Sicilia. Según la disciplina de los Padres Orientales vivió el monacato. Insigne por la austeridad de vida y por su constante predicación. (1162).
  10. Beata MARGARITA COLONNA, virgen. En el Lacio. Prefirió la pobreza a la riquezas y placeres. Profesó la Regla de Santa Clara. (1280).
  11. Beata EUGENIA RAVASCO, virgen. En Génova. Fundó el Instituto de Hermanas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, a las que encomendó la educación de niñas y el cuidado de enfermos y de la infancia menesterosa. (1900).

Hoy destacamos a:

BEATO JUAN MARÍA BOCCARDO.

Nació en 1848 en Moncalieri (Italia). El mayor de diez hermanos. Desde pequeño tuvo especial sensibilidad hacia los pobres y marginados. En 1861 estudió en el colegio de los Barnabitas y después entró en el seminario. Recibió la ordenación de presbítero en 1871, y en 1873 fue nombrado director espiritual del seminario de Chieri. Desempeñó, después, el mismo cargo en el seminario de Turín.

En Turín entabló amistad con grandes santos del momento como Juan Bosco, José Allamano, y Leonardo Murialdo. En 1882 fue nombrado párroco de Pancalieri, donde permaneció hasta su muerte, dedicándose a una vida espiritual intensa y a un apostolado muy activo, especialmente con los más necesitados, entre ellos los presos del penal.

En 1884 una epidemia de cólera asoló la población. Con la ayuda de algunos jóvenes no cesó de atender a los enfermos. Abrió también un hospicio para indigentes. Pero su obra más importante fue la fundación de las Hermanas de los Pobres, Hijas de San Cayetano, para ayudar a los carentes de recursos, enfermos, niños, ancianos e, incluso, a los sacerdotes enfermos o pobres. Quería infundir a las religiosas el espíritu del fundador de los Teatinos.

Hombre de profunda espiritualidad y, a la vez, un apóstol dinámico, promotor de la vida religiosa y del laicado. Era muy devoto de la Virgen María.

En 1911 sufrió una parálisis. Falleció en 1913.