Por la noche, recibe en sueños una orden de huida alarmante. José se despierta y realiza todo lo indicado. Despierta a la Virgen María. Le dice que quieren matar al Niño. Ella obedece corriendo. Cogen lo necesario. Arropan al Niño, y emprenden un viaje a lo desconocido llenos de temor, y de confianza en Dios. Serán tratados como facinerosos.
Herodes ya había matado a varios hijos suyos por el poder. Y ahora quería matar al Hijo de Dios. Jesús, Rey de Paz. Pero los poderosos del mundo, directa o indirectamente, no quieren que gobierne. Y harán lo que puedan para eliminar a Dios de nuestras vidas. De nuestras esperanzas. Nos quieren desesperados.
Dios tiene un plan de amor para cada vida. Dios ha pensado en cada vida, la ha creado y la sostiene.
San José, una vez más, y serán tantas, presto, será protector. Custodio. Y contrapunto de padre respecto al cruel Herodes que era un asesino, incluso de sus hijos. Como hacen tantos con el aborto. San José es un padre protector que nos podrá librar de esa ignominia. Lo que tendría que haber sufrido San José al enterarse de la conocida matanza de los Inocentes. Lo que sufrirá al ver tantos desprecios a la vida actualmente.