30. CRISTIANOS EN HISPANIA – IV

by AdminObra

Junto al obispo Osio, destacan otras figuras, menores, pero relevantes al mismo tiempo. Son tres, uno por cada una de las provincias que había en Hispania.

En la Tarraconensis está Paciano de Barcino (Barcelona), un autor que, sin abandonar el interés por la teología nicena, dedica mucha atención en sus escritos a la Iglesia y a los sacramentos. Expone con profundidad el misterio sacramental en la Iglesia, y nos ha dejado bellas páginas sobre el bautismo y la penitencia.

En la Lusitania destacó Potamio de Olisipio (Lisboa), quien refleja en sus escritos el impacto de la controversia arriana, dramáticamente viva en la Iglesia entre el Concilio de Nicea y el final del siglo IV. Por ello explicará con claridad la consustancialidad (homoousía) del Hijo con el Padre. En sus obras cita con cierta frecuencia a escritos apócrifos, lo cual nos muestra que esta literatura parabíblica era conocida y leída en las comunidades hispanas.

Será Gregorio de Elvira, en la Baetica, quien ocupa el primer lugar entre los escritores hispanos de la segunda mitad del siglo IV. Defiende la fe nicena en su tratado “De Fide”. Como gran predicador, su producción más interesante está en la exégesis a la Sagrada Escritura, en la que sintetiza con originalidad y profundidad metodologías procedentes de Asia (San Justino) y Alejandría (Orígenes). Se preocupa por el Antiguo Testamento, siempre expuesto a ser desconocido o menospreciado por los fieles. Por ello, dedicará páginas a explicarlo, poniéndolo en relación con el Nuevo. Su exégesis del Cantar de los Cantares abre en Hispania los comentarios a este libro, que alcanzarán su máxima cota en España con San Juan de la Cruz en el siglo XVI.