TREINTA Y UN DÍAS DE MAYO – y 31 “LA VISITACIÓN”

by AdminObra

El mes de mayo se cierra con la fiesta de la Visitación de la Virgen María. Esta fiesta nos ayuda a entender el misterio de la Salvación como la visita que el mismo Dios ha hecho a su pueblo para redimirlo.

En las palabras del “Magnificat”, el cántico de María, resplandece “un rayo del misterio de Dios, la gloria de su inefable santidad, el eterno amor que, como un don irrevocable, entra en la historia del hombre”, decía San Juan Pablo II.

El recuerdo de Dios, y de sus mandamientos, no es una carga pesada para el hombre. El recuerdo es alabanza; una oración que se convierte en fuente de alegría.

Reconociendo a Dios como Dios, reconociendo su Gloria, percibimos la inmensidad de un amor que siempre se manifiesta como salvación.

Dios, que recuerda su misericordia y su promesa, nos precede en este ejercicio de la memoria. Dios se acuerda de nosotros para que nosotros podamos acordarnos de El.

La Visitación evoca también la misión de la Iglesia; de una Iglesia que, habitada por el Espíritu Santo, porta la alegría y sale al encuentro de cada hombre y de cada pueblo para que cada hombre y cada pueblo puedan encontrar a Cristo y reconocerlo como su Salvador.