SEPTIEMBRE, MES DE LA BIBLIA:

by AdminObra

Cultura Bíblica – 11 Betania y la Ascensión del Señor

¿Por qué el relato de la Ascensión pone como referente las cercanías de Betania, los acontecimientos de Betania tienen algo que ver con la Ascensión del Señor?

En la fiesta de la Ascensión del Señor Jesucristo a los cielos leemos el final del evangelio de San Lucas. La escena inicia en Jerusalén, pero concluye en otra parte, al oriente más allá de la cresta del Monte de los Olivos, cerca de Betania.

Podríamos establecer, en primer lugar, un cierto paralelismo entre el Evangelio de san Mateo, san Juan y el de san Lucas, porque los tres nos trasmiten el último encuentro con el Señor resucitado fuera de Jerusalén. Mateo y Juan lo ponen en Galilea (Mt 28,16-17; Jn 21,1), san Lucas cerca de Betania. Nos llama la atención que san Lucas nos hable de las cercanías de Betania, la población es mencionada en los evangelios doce veces.

Hay dos casas que Jesús solía visitar en esa población, la de Simón el leproso (cfr. Mt 26,6; Mc 14,3) y la de los hermanos Lázaro, Marta y María (cfr. Jn 11,1; Lc 10,38-42). Los acontecimientos más sobresalientes que se relatan en Betania son la resurrección de Lázaro (Jn 11,1-44), que llevaba muerto cuatro días, y la unción que recibió Jesús por parte de María (Jn 12,1-8; Mt 26,6,13; Mc 14,3-9). Otro pasaje que tiene cierta relevancia es la visita de Jesús a Marta y María reportada por san Lucas (Lc 10,38-42). En varios de los evangelios Betania se menciona como el sitio donde Jesús pernoctaba durante los días de su ministerio en Jerusalén, inmediatamente antes de la pasión.

Ahora podemos preguntarnos si hay alguna relación entre el relato de la ascensión del Señor con los demás acontecimientos relatados en Betania. Todos tienen un referente común en torno a la pasión, muerte y resurrección del Señor. Es claro que la referencia a Betania toma relevancia cuando Jesús estaba en la etapa final de su vida. Jesús es la resurrección y la vida, y lo demostró al resucitar a Lázaro. Pero este hecho debía verificarse por su propia muerte, la cual fue representada, simbólicamente, por la unción que le hizo María.

Al despedirse de los suyos la nueva referencia a Betania marcaría el cumplimiento de aquello que Jesús había vivido en esta casa de los pobres, la casa de sus amigos.