SANTORAL

by AdminObra

Hoy, 23 de octubre, la Iglesia celebra a:

  1. Santos SERVANDO y GERMÁN, mártires. Cádiz. Bajo el imperio de Diocleciano. (s. IV).
  2. Santos JUAN, obispo, y JACOBO, presbítero. Persia. Encarcelados con Sapor II. Al cabo de un año murieron a espada. (344).
  3. San TEODORETO, presbítero y mártir. Antioquía de Siria. Fue apresado por Juliano, el Apóstata, regente de Oriente, y lo martirizó por ser cristiano. (362).
  4. San SEVERINO, obispo. Colonia. Digno de alabanza por sus virtudes. (400).
  5. San SEVERINO BOECIO, mártir. Pavía. Insigne por su ciencia y escritos, que estando encarcelado compuso un tratado sobre la consolación de la filosofía, y sirvió a Dios con fidelidad hasta la muerte que le infligió el rey Teodorico. (524).
  6. San JUAN, obispo. Siracusa. Grande por sus costumbres, la justica, la sabiduría, el modo de aconsejar y el cuidado de los bienes de la Iglesia. (609).
  7. San BENITO, presbítero. Aquitania. (s. IX).
  8. San IGNACIO, obispo. Constantinopla. Por haber reprendido al césar Bardas por el repudio de su legítima esposa, fue objeto de injurias y desterrado. Restituido a su sede por intervención del papa San Nicolás I, descansó en el Señor. (877).
  9. Santa ETELFLEDA, abadesa. Ramsey, Inglaterra. Se consagró a Dios en un monasterio fundado por su padre Etelwood, y, elegida abadesa, lo gobernó hasta la muerte. (s. X).
  10. San ALUCIO. Toscana. Pacífico hacedor del bien hacia los pobres y peregrinos, y liberador de cautivos. (1134).
  11. Beato JUAN BONO, eremita. Mantua. Siendo joven abandonó a su madre y vagó por diversas partes de Italia, haciendo de malabarista y comediante. A los cuarenta años, con motivo de una enfermedad, prometió a Dios abandonar el mundo para darse a Cristo en el amor y la penitencia. Para ello fundó una congregación a la que dio la Regla de San Agustín. (1249).
  12. Beato JUAN ÁNGEL PORRO, presbítero. Milán. Servita. Siendo prior del convento, todos los días festivos estaba en la puerta de la iglesia, o recorría las calles, para reunir a los niños y enseñarles la doctrina. (1505).
  13. Beato TOMÁS THWING, presbítero y mártir. York. Acusado falsamente de conspiración, alcanzó la palma del martirio al ser ahorcado y descuartizado por orden de Carlos II. (1680).
  14. Beatas MARÍA CLOTILDE ÁNGELA de SAN FRANCISCO de BORGIA PAILLOT y CINCO COMPAÑERAS, vírgenes y mártires. Valenciennes, Francia. Por estar consagradas a Dios fueron condenadas a muerte subiendo al patíbulo serenamente. (1794).
  15. San PABLO TONG VIET BUONG, mártir. Tho-Duc, Vietnam. Siendo soldado, sufrió la muerte por Cristo en tiempo de Minh Mang. (1833).
  16. Beato ARNOLDO RÈCHE, religioso. Reims, Francia. Hermanos de las Escuelas Cristianas. Dócil al Espíritu Santo, se entregó por completo a la formación de los jóvenes en su condición de maestro, mostrándose igualmente asiduo a la oración. (1890).
  17. Beatos ILDEFONSO GARCÍA NOZAL y JUSTINIANO CUESTA REDONDO, presbíteros, y EUFRASIO de CELIS SANTOS, HONORINO CARRACEDO RAMOS, TOMÁS CUARTERO GASCÓN, religiosos; mártires. Ciudad Real. Pasionistas. Fusilados durante la persecución religiosa en España. (1936).
  18. Beato LEONARDO OLIVERA BUERA, presbítero y mártir. Valencia. Fusilado durante la persecución religiosa en España. (1936).
  19. Beatos AMBROSIO LEÓN LORENTE VICENTE, FLORENCIO MARTÍN IBÁÑEZ LÁZARRO y HONORATO ZORRAQUINO HERRERO, religiosos y mártires. De las Escuelas Cristianas. Muertos durante la persecución religiosa en España. (1936).

Hoy recordamos especialmente a SAN JUAN de CAPISTRANO

Nació en Italia en 1386.

Cursó en Perugia los estudios de Derecho y en 1413 fue nombrado uno de los jueces de la ciudad.

En 1415 fue apresado en el curso de una revuelta en la torre de Brufa, entre Perugia y Asís, donde le pareció entender que San Francisco lo quería entre los franciscanos.

Al intentar huir, se quebró una pierna y, cuando sanó, en 1416, dejó el mundo y se hizo franciscano.

Como hombre de leyes, luchó contra los males que aquejaban a la Iglesia, recién salida del cisma de Occidente.

Dispensado por el papa Martín V de su antigua condición de juez, accedió al presbiterado, fomentó la observancia en su orden, defendió a San Bernardino de Siena en su difusión de la devoción al Nombre de Jesús y se dedicó a la predicación popular.

Su Orden lo nombró Vicario General de los reformados.

Después de cumplir una apreciable labor diplomática, que le obligó a viajar por numerosos países, acompañó como capellán y animó al ejército cristiano a resistir a los turcos, y estuvo presente en la batalla y victoria de Belgrado.

Murió en Hungría en 1456.