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Hoy, 13 de septiembre, la Iglesia celebra a:
- San JULIÁN, presbítero y mártir. Ankara. (s. IV).
- San LITORIO, obispo. Tours, Galia Lugdunense. Primer constructor de una iglesia dentro de los muros de la ciudad por vivir cristianos en ella ya. (371).
- San EMILIANO, obispo. Valence, Galia Lugdunense. Primer obispo del lugar. (374).
- San JUAN CRISÓSTOMO, obispo y doctor. Constantinopla. Gran pastor y maestro de la fe. Fue desterrado de su sede por insidias, y al volver del exilio por decreto del papa Inocencio I, como consecuencia de los malos tratos recibidos de sus guardianes durante el camino de regreso, murió en Gumenek, localidad del Ponto. (407).
- San MARCELINO, mártir. Cartago. Siendo alto funcionario imperial, muy relacionado con San Agustín y San Jerónimo, fue acusado de ser partidario de Heraclión y, aun siendo inocente, por defender la fe católica, los donatistas lo asesinaron. (413).
- San MAURILIO, obispo. Angers, Galia Lugdunense. Nacido en Milán y discípulo de San Martín de Tours, que fue ordenado presbítero por éste y le puso al frente del pueblo de Colonna. Elevado a obispo se centró en desterrar las supersticiones de los campesinos paganos. (453).
- San AMADO, presbítero y abad. Sens, Neustria. Célebre por su austeridad, ayunos y amor a la soledad, presidió el monasterio de Habend con sabiduría, que había fundado con San Romarico. (629).
- San VENERIO, eremita. Isla de Tino, Liguria. (s. VII).
- San AMADO, obispo. Breuil-sur-le-Lys, Galia Ambianense. Obispo de Sion. Muerto en el destierro al que le condenó el rey visigodo Teodorico III. (690).
- Beato CLAUDIO DUMONET, presbítero y mártir. Rochefort. Durante la Revolución Francesa, siendo profesor, fue atado de pies y manos con cadenas, y recluido en una vieja nave anclada en el mar, hasta que murió de hambre. (1794).
- Beato AURELIO MARÍA VILLALÓN ACEBRÓN, religioso y mártir. Almería. Asesinado por la fe. (1936).
Hoy recordamos especialmente a BEATA MARÍA de JESÚS LÓPEZ de RIVAS
Nació en Guadalajara en 1560.
Fue la propia Santa Teresa de Jesús quien la admitió en el monasterio de Carmelitas Descalzas de Toledo.
Llena de humildad y espiritualidad sirvió a la comunidad en los oficios más humildes, fue maestra de novicias y priora.
Una calumnia sobrellevada heroicamente por ella hizo que fuera depuesta de su cargo.
Aclaradas las cosas fue de nuevo maestra de novicias.
Desempañaba este servicio cuando murió en Toledo en 1640.