MARTES I CUARESMA

by AdminObra

Como enseña el Catecismo, el “Padre nuestro” es la oración cristiana fundamental que el Señor legó a sus discípulos y a su Iglesia. Somos los acogedores de este Don que es el poder recitar estas palabras que salen del Corazón del Señor.

Es el resumen de todo el Evangelio, porque recitar estas palabras es un modo propicio de intimar con el Señor y de conocerle mejor. Recitar el “Padre nuestro” con atención es conocer a Jesucristo. Por eso, el Catecismo lo considera el “corazón de las Sagradas Escrituras”. El “Padre nuestro” es, pues, Buena Nueva.

Recitarlos acertadamente produce movimientos interiores que animan nuestra vida, es decir, le dan “alma” a nuestra vida.

El “Padre nuestro” es un modo de vivir. Se puede vivir de otro modo, nos enseñó el Señor, y esta oración, la oración dominical, es la prueba de ello, pero también su posibilidad. Recitarlo es pedir la posibilidad de vivir de otro modo.

Es una oración única, porque ha venido de Jesús, y como Hombre verdadero sabe qué necesitamos y qué anhelamos realmente. Nos da las palabras para solicitarlo humilde y confiadamente.

No se puede recitar mecánicamente, y por ello se nos otorga al Espíritu para recitarlo como nos conviene.

La Cuaresma puede ser el tiempo en el que recuperemos el “Padre nuestro” como elemento fundamental para vivir de otra manera.