LA VERACIDAD DE LA RESURRECCIÓN Y LA ASCENSIÓN, CULMEN DE LA REDENCIÓN SALVADORA – FINAL

by AdminObra

FINALIZAMOS…

Su Resurrección no fue como la de Lázaro o la del joven de Naín, que reiniciaron su vida anterior.

La de Cristo ha sido una Resurrección para la vida definitiva, y la suya era la vida en al Trinidad de Dios.

Jesús es el mismo, pero no DEL MISMO MODO, por eso se les APARECE, y sus videntes dudan y tardan en reconocerle, porque no pueden conocerle con los ojos normales.

Es una nueva visión, más real aún que cuando le veían en sus conversaciones y se sentaban a comer con El en la misma mesa: LO VEÍAN DE UN MODO DISTINTO EN SU ESTADO DE RESUCITADO Y POR ELLO “GLORIOSO”.

De ahí, que los nuevos encuentros con los Apóstoles con el Resucitado sean narrados de forma que, siendo reales físicamente, tienen un hálito que trasciende toda realidad antes vivida cuando acompañaban y vivían con el Maestro.

En resumen, EL CUERPO RESUCITADO ERA UN VERDADERO CUERPO (GLORIOSO), PERO, COMO EL MISMO JESÚS SEÑALA A LA MAGDALENA, TODAVÍA NO HABÍA ASCENDIDO AL PADRE.

Así pues, la Ascensión es una señal externa y pedagógica de que el estado terrestre de Cristo había finalizado, de forma que los Apóstoles fuesen testigos de esta circunstancia que explicaba el sentido último de la aparición terrena de Jesús.

El Verbo Encarnado de Dios, completado el currículo de su vida terrena y cumplida su misión salvadora, asciende de nuevo al Cielo, el lugar en que habita Dios