LA LITURGIA DE LAS HORAS – 8

by AdminObra

Los Salmos son “cantos sagrados” que tenían la misión de transfigurar la liturgia sacrificial del Antiguo Testamento por medio de la poesía y de la música.

Así contribuían a hacer más interior y espiritual la ley mosaica y el culto religioso. Eran, asimismo, o contenían, una síntesis histórico-religiosa.

En estos cantos se encuentran abundantemente sentimientos de fe, de confianza en Dios, de amor, de adoración, de gratitud, de lamento, de súplica, de compunción del corazón y de profunda vitalidad espiritual, expresados de un modo simple y sublime.

Según el género literario, podemos distinguir en los Salmos: himnos, cantos espirituales, poesía didascálica y simple plegaria salmódica.

Los “himnos”, o cantos, tienen un gran sentido poético y son alabanzas a Yahvé o al Mesías. Así, los Salmos 28, 67, 92, 109.

Los “cantos espirituales” tienen por objeto las relaciones más íntimas y confiadas del alma con Dios. Así, los Salmos 22, 83, 130.

La “poesía didascálica” es una alabanza a la virtud, junto con una instrucción e invitación al ejercicio de la misma. El objeto de estos suele ser la piedad (1, 127); el gozo en la Ley y en su observancia (18, 118); la providencia y recompensa divinas (36, 72); o, finalmente, la consideración religioso-moral de la Historia (77, 105).

La “simple plegaria salmódica” es expresión de adoración, de alabanza, de acción de gracias, de penitencia, etc.

 

Mañana veremos más.