San Pedro, pescador de Cafarnaum, junto al lago de Galilea, hermano de San Andrés y elegido por Jesucristo como primero entre los Apóstoles y roca sobre la que edifica la Iglesia. Su nombre verdadero es Simón, hijo de Jonás, pero Jesús se lo cambia por “kêfa”, roca – peñasco – piedra – guijarro. Este nombre expresa la solidez de la Iglesia que sobre él se edifica.
San Pablo, de cultura griega y nacionalidad romana, nacido en Tarso de Cilicia hacia el año 10, de nombre Saulo. Joven fariseo, se destaca por su radicalida y por su encarnizada persecución a los cristianos. Yendo de camino de Damasco, hacia el año 35, experimenta una visión del Señor Jesús y se convierte. Se transformará en el personaje más importante del cristianismo tras el mismo Cristo. Desde ese momento, cambia de nombre por el de Pablo (‘Paulus’, pequeño). Su principal labor es la de predicar el evangelio a los gentiles, enfrentándose a cristianos y siendo perseguido por judíos, griegos y romanos.
