Hoy, 9 de diciembre, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Santa LEOCADIA, virgen y mártir, en Toledo. (303).
  2. San SIRO, obispo. Primer obispo de Pavía. (s. IV).
  3. Santa GORGONIA, madre de familia. En Capadocia, Turquía. Hija de Santa Nonna y hermana de San Gregorio, el Teólogo y de San Cesáreo. Grande en virtudes. (374).
  4. San CIPRIANO, abad. En la Galia. Preclaro en el cuidado de sus hermanos de monasterio. (s. VI).
  5. San JUAN DIEGO CUAUHTLATOATZAIN, laico. México. Varón de fe purísima y de fervor, que logró que se construyera un santuario en honor de la Virgen en la colina de Tepeyac, lugar donde se le había aparecido. (1548).
  6. San PEDRO FOURIER, presbítero. En la Borgoña francesa. Escogió una parroquia muy pobre en Lorena. La sirvió admirablemente. Fundó la Congregación de Nuestra Señora, para la educación gratuita de las niñas. (1640).
  7. Beato BERNARDO MARÍA DE JESÚS, presbítero. En la región del Lacio, Italia. Sacerdote de la Congregación de la Pasión. Se esforzó por darla a conocer. (1911).
  8. Beato JOSÉ FERRER ESTEVE, presbítero y mártir. En Valencia. De las Escuelas Pías. Fusilado por los marxistas. (1936).
  9. Beatos JULIÁN RODRÍGUEZ SÁNCHEZ y JOSÉ GIMÉNEZ LÓPEZ, presbíteros y mártires. En Valencia. Martirizados en las mismas condiciones. (1936).

Hoy recordamos especialmente al Beato LIBORIO WAGNER

Nació en Mülhseusen, en la diócesis de Würzburgo en el seno de una familia luterana. Estudió humanidades en su pueblo natal, con 20 años realiza estudios superiores en Leipzig, Gotha y Estrasburgo, consiguiendo el magisterio en 1617. Era un joven inteligente y muy responsable.

Con 28 años, ejerció el magisterio y permaneció soltero. En 1622, y en Würzburgo entró en contacto con los jesuitas, por cuyo influjo se convirtió al catolicismo, abandonando previamente secretamente la casa paterna y fue ordenado sacerdote en 1625.

Trabajó primero en Hardeim durante un año como coadjutor, y en 1626, es trasladado a Altenmünster-Sulzdorf como párroco, cargo que conservará hasta el fin. Como párroco se mostró celoso por el bien de sus feligreses muchos de ellos alejados de la fe; procurando atraer a muchos al catolicismo.

La guerra de los Treinta Años hizo muy difícil su ministerio pues hizo que se agravaran las tensiones entre católicos y protestantes a nivel del pueblo. Su condición de luterano converso le hacía particularmente odioso a la facción protestante. Tuvo que pasar a la clandestinidad, pero fue detenido en 1631 y llevado al castillo de Mainberg, donde fue torturado para que renegara del catolicismo. Se mantuvo firme. Sacado del castillo y llevado al río, fue sometido a terribles tormentos. Con un martillo le machacaron los dedos, las manos, los brazos. Le atravesaron con pinchos los pies… Junto al río recibió un tiro que lo dejó maltrecho y luego un soldado lo remató con la espada. Su cadáver fue despojado de las ropas eclesiásticas para que no fuera reconocido y arrojado al río. Recuperado fue llevado a la parroquia de Heidenfeld donde está enterrado.