Hoy, 31 de enero, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Santos VICTORINO, VÍCTOR, NICÉFORO, CLAUDIO, DIODORO, SERAPIÓN y PAPÍAS, mártires. En Corinto. En tiempo del imperio de Decio consumaron su martirio en medio de fuertes tormentos. (250).
  2. San METRANO, mártir. En Alejandría de Egipto. En tiempo de Decio se negó a proferir palabras impías, como le exigían los paganos. Fue cruelmente atormentado y, fuera de la ciudad, lapidado hasta morir. (250).
  3. Santos CIRO y JUAN, mártires. En Alejandría de Egipto. Después de muchos tormentos fueron decapitados. (s. IV).
  4. San GEMINIANO, obispo. En Módena. Condujo a su Iglesia desde la herejía arriana a la ortodoxia. (s. IV).
  5. San ABRAHAM, obispo y mártir. En Persia. Fue decapitado por negarse a adorar al sol. (345).
  6. San JULIO, presbítero. En Liguria, Italia. (s. IV).
  7. Santa MARCELA, viuda. En Roma. Abandonando sus riquezas y dignidades se entregó a la pobreza y la humildad. (410).
  8. San MAEDÓC, obispo. En Irlanda. Fundador del monasterio de Ferns. Se distinguió por su austeridad. (626).
  9. San WALDO, obispo. En Neustria. (s. VII).
  10. San EUSEBIO, monje y eremita. En Baviera. Nació en Irlanda. Se hizo peregrino por Cristo y después fue monje en Saint Gallo. Terminó sus días eremíticamente. (884).
  11. Beata LUISA ALBERTONI, viuda. En Roma. Educó cristianamente a sus hijos. Al enviudar entró en la Tercera Orden Regular de San Francisco, prestó ayuda a los necesitados, hasta el punto que se quedó pobre del todo. (1533).
  12. San FRANCISCO JAVIER MARÍA BIANCHI, presbítero. En Nápoles. Clérigo de San Pablo. Dotado de carismas místicos, convirtió a muchos a una vida conforme a la gracia de Dios. (1815).
  13. Santos AGUSTÍN PAK CHONG-WON, catequista, y CINCO COMPAÑEROS, mártires. En Corea. Todos ellos fueron decapitados después de sufrir diversos tormentos. (1840).

Hoy destacamos a SAN JUAN BOSCO

Nació en 1815, cerca de Turín, en una familia humilde. Su madre Margarita, fallecida en 1856, constan sus virtudes heroicas y su fama de santidad. Ella había enviudado con cuatro hijos, y trabajó sin descanso para sacarlos adelante.

Juan Bosco fue desde pequeño muy despierto e inteligente. Acudió a una escuela elemental y pasó después al seminario de Chieri donde hizo los estudios de la teología. Fue ordenado en 1841.

Perteneció a un Convictorio Sacerdotal en Turín dirigido por San José Caffaso, donde completó su formación intelectual y pastoral.

Se caracterizó por su apostolado entre los jóvenes, lo cual comenzó de forma inesperada cuando se estaba revistiendo para decir misa. Vio a un chico maltratado y lo invitó a venir a verlo lo cual hizo con otros compañeros.

Desde entonces comenzó este apostolado en un barrio turinés. Creo allí, en Valdocco, Oratorios Festivos los domingos donde inculcaba la fe, la piedad, las buenas costumbres y la amistad entre ellos. Don Bosco pidió a su madre que viniera con él para mejor atención a los jóvenes. Ella, llena de caridad y de entrega, se convirtió en la madre de todos ellos.

Don Bosco estaba convencido que la santidad era posible entre los niños y los adolescentes. Uno de estos chicos, Santo Domingo Savio, murió muy enfermo lleno de virtud y piedad. Sería elevado a los altares en 1954.

Don Bosco fue muy estimado por el Papa Pío IX, al que él aconsejó que no se moviera de Roma cuando esta ciudad fue tomada al asalto en 1870 por los garibaldinos.

La confianza absoluta de Don Bosco en la Providencia alcanzaba los medios necesarios para sostener las clases y los talleres del oratorio, al que acudían cada vez más chicos.

Su ardiente devoción a la Virgen María Auxiliadora le fue dando fuerzas ante tantas necesidades. “Ella lo ha hecho todo”.

Creía en la fuerza del amor y la dulzura para educar a los jóvenes y prefería un sistema preventivo a un sistema punitivo, como su santo predilecto, San Francisco de Sales.

Vio, con el tiempo, que su obra educativa sólo podría mantenerse a través de la fundación de una congregación religiosa. Acometió tal fin con toda su ansia. Se llamó Sociedad de San Francisco de Sales, en la que se integraron todos sus colaboradores. Pero Don Bosco no se hizo “salesiano”, permaneció como sacerdote diocesano, mas estuvo al frente de la misma.

Los oratorios, escuelas, talleres iniciados por Don Bosco eran sólo para chicos, pero no olvidó la necesidad de promocionar a las chicas mediante la cultura y la piedad, por lo que en 1872 fundó las Hijas de María Auxiliadora, con tal de ayudar a las chicas.

La ayudante más eficaz en este sentido fue Santa María Dominga Mazzarello.

Después de una vida destinada a la juventud, murió santamente en 1888.