Hoy, 29 de septiembre, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Santa BASILA. Panonia. (s. III).
  2. Santa SABINA, mártir. Roma. (s. III).
  3. San ADELFO, obispo. Metz. (s. V).
  4. San VÍCTOR, eremita. Bretaña Menor. Vivió recluido en un pequeño oratorio (s. VII).
  5. San SEBBO, rey. Londres. Rey de los sajones orientales. Muy devoto del Señor, que dejó la corona y quiso morir con el hábito monacal, deseado desde hacía mucho. (693).
  6. San MEDERICO, presbítero y abad. París. Abad de Autun. Vivió en una celda cercana a la ciudad. (700).
  7. Beatos JUAN de PERUSA, presbítero, y PEDRO de SAXOFERRATO, religioso; mártires. Valencia. Franciscanos. Enviados a predicar la fe a los moros de aquel lugar, alcanzaron la palma del martirio al ser decapitados en la plaza pública por orden del rey. (1231).
  8. Beata BRONISLAVA, virgen. Cracovia. Premonstratense. Quiso llevar una existencia humilde y retirada, y destruido su monasterio por los tártaros, vivió a solas con Dios en una choza. (1259).
  9. Beato RICARDO HERST, mártir. Lancaster. Padre de familia y labrador. Acusado falsamente de un homicidio fue condenado a morir en la horca en tiempo de Jacobo I. (1618).
  10. Beato LUIS VULFILOCIO HUPPY, presbítero y mártir. Rochefort. Encarcelado de manera inhumana, por ser sacerdote, en una vieja nave durante la Revolución Francesa, murió de enfermedad. (1794).
  11. Beato EDMUNDO IGNACIO RICE, fundador. Waterford, Irlanda. Con entusiasmo y perseverancia se entregó a la formación de los niños y de los jóvenes de condición modesta y fundó, para ello, la Congregación de los Hermanos Cristianos y la de los Hermanos de la Presentación. (1844).
  12. Beata MARÍA de la CRUZ JUGAN, virgen. Renes, Francia. Fundó la Congregación de las Hermanitas Pobres para pedir limosna para los necesitados y para Dios, pero injustamente alejada de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la oración y en la humildad. (1879).
  13. Beato CONSTANTINO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, presbítero y mártir. Valencia. Dominico. Muerto por odio a la fe. (1936).
  14. Beato FRANCISCO MONZÓN ROMERO, presbítero y mártir. Teruel. Dominico. Muerto por odio a la fe. (1936).
  15. Beato DOMINGO JEDRZEJEWSKI, presbítero y mártir. Dachau. Deportado de Polonia, murió bajo crueles torturas. (1942).
  16. Beata SANCHA SZYMKOWIAK, virgen. Poznan, Polonia. Hija de la Virgen de los Dolores. En medio de las dificultades de la guerra, se ocupó con gran entrega de la asistencia a los encarcelados. (1942).
  17. , virgen y mártir. San Giulia, Piamonte. En tiempo de guerra, cuando estaba trabajando el campo, murió a causa de las heridas que le causaron los golpes de unos soldados al defender su castidad. (1944).

 

Hoy recordamos especialmente a BEATA TERESA BRACCO.

Teresa Bracco nace el 24 de febrero de 1924 en Santa Giulia (provincia de Savona, al norte de Italia), siendo la sexta hija del matrimonio entre Ángela y Jacobo Bracco, sencillos campesinos que hacen fructificar con incansable trabajo sus propiedades rurales. El padre es severo pero justo, y la madre dulce y apacible. Por las tardes, el propio Jacobo dirige el rezo del Rosario en familia. El nombre de Teresa le viene en honor de la «pequeña santa» de Lisieux, beatificada en 1923. Mamá y papá fueron para ella ejemplos de fe y fortaleza cristianas.

Teresa era una muchacha muy reservada, modesta, delicada en su relación con las personas, dispuesta siempre a ayudar. Y linda: grandes ojos oscuros y aterciopelados, que brillaban en un rostro sereno y atento, coronado por dos gruesas trenzas negras. Linda, decía, pero sin trazas de vanidad. Sabía atraer la admiración respetuosa de sus paisanos: «Una chica de esa clase no la he visto nunca antes y no la he vuelto a ver jamás después», afirmó uno de ellos. «Había en ella algo diverso de las otras chicas», recuerda una amiga. «Era la mejor de todas nosotras», recuerda la hermana Ana.

Había nacido el 24 de febrero de 1924, penúltima de siete hijos, en Santa Giulia de Dego (Savona). Mamá y papá fueron para ella ejemplos de fe y fortaleza cristianas. Una fe puesta en el crisol de la prueba. Teresa pudo completar solamente el cuarto grado de primaria. Luego le tocó aportar al sustento de la familia trabajando como pastorcita.

Llevaba siempre consigo la corona del rosario y, mientras pastoreaba, no dejaba de rezar. Ginin -como la llamaban- sacrificaba con gusto preciosas horas de sueño con tal de poder hacer la comunión. La iglesia, en efecto, no estaba muy cerca de la casa, la misa se celebraba muy temprano y ella no quería perderla por nada al mundo. La Eucaristía, la devoción a la Virgen y la espiritualidad del deber: aquí está el secreto de su santidad.

Teresa -tenía solamente nueve años- cuando conoció la vida de Domingo Savio y quedó fascinada y desde entonces hizo suyo el lema «La muerte antes que el pecado». Y mantuvo el propósito.

Secuestrada en 1944 por un soldado alemán, trató de eludir sus brutales intenciones y, al ver que todo esfuerzo era inútil, prefirió renunciar a la vida antes que perder la virtud tan celosamente guardada.