Hoy, 24 de agosto, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. San BARTOLOMÉ, apóstol. Identificado como Natanael. Nacido en Caná de Galilea. Es tradición que predicó en la India. (s. I).
  2. San TACIÓN, mártir. Grecia. (s. inc.).
  3. San AUDENO, obispo. Clichy, París. Obispo de Rouen, que, desde el cargo de refrendario del rey Dagoberto, fue elevado al episcopado y gobernó felizmente su Iglesia a lo largo de cuarenta y tres años, durante los cuales fundó muchísimos templos y favoreció la construcción de monasterios. (684).
  4. San JORGE LIMNIOTA, monje y mártir. Olimpo, Bitinia. Deploró la impiedad del emperador León III por haber ordenado destruir las sagradas imágenes y quemar las reliquias de los santos, y debido a estos reproches, por orden del emperador le amputaron la nariz y quemaron la cabeza. (730).
  5. Beato ANDRÉS FARDEAU, presbítero y mártir. Angers. Decapitado por quienes odiaban el sacerdocio. (1794).
  6. Santa EMILIA de VIALAR, virgen y fundadora. Marsella. Tras haber trabajado con denuedo en la difusión del Evangelio en regiones lejanas, fundó la Congregación de Hermanas de San José de la Aparición y la propagó ampliamente. (1865).
  7. Beata MARÍA de la ENCARNACIÓN ROSAL, virgen y fundadora. Tulcan, Ecuador. Fundó la Congregación de Hermanas Betlehemitas, con el fin principal de reivindicar la dignidad de la mujer y formar cristianamente a las niñas. (1886).
  8. Beato MAXIMIANO BINKIEWICZ, presbítero y mártir. Munich. Fue deportado por los nazis desde Polonia a Alemania. Murió extenuado por las torturas y los suplicios. (1942).
  9. Beatos CESLAO JÓZWIAK, EDUARDO KASMIERKI, FRANCISCO KESY, EDUARDO KLINIK y IAROGNIEVO WOJCIECHOSWSLCI, mártires. Dresde, Alemania. Los cuales, polacos de nacimiento, detenidos y encarcelados durante la persecución, consumaron el martirio a golpes de hacha. (1942).

Hoy recordamos especialmente a SANTA JUANA ANTIDA THOURET

Juana nació en la localidad francesa de Sancey-le-Long, en 1765, en una familia piadosa que le infundió sólidos principios cristianos.

A los 16 años hizo voto de castidad, y a los 22 ingresó en las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Concluida su formación, la destinaron a un hospital para el cuidado de los enfermos, pero tras el estallido de la Revolución Francesa, su congregación quedó disuelta.

Ella se quedó Besançon. Con extraordinario valor visitaba a enfermos, presos, pobres; atendía a sacerdotes proscritos por haberse negado a jurar la constitución civil del clero. Asistía a los que iban a ser ejecutados.

Regresó a su pueblo natal y allí fundó una escuela gratuita católica.

Sintiéndose hermana de la Caridad, volvió a Besançon. En 1799, aún con falta de libertad para la Iglesia, reunió a varias antiguas hermanas y fundó las Hermanas de la Caridad. Además de la asistencia a los enfermos, los huérfanos y los pobres, se proponían la educación cristiana de la juventud. Al frente de la congregación nueva, la llevó a Italia, creando fundaciones en el reino de Nápoles.

Este fue el marco de su vida, no sin pasar por la pena que su congregación se dividiera. Murió en Nápoles en 1826.