SANTORAL
- San ZEFERINO, papa. El cual gobernó la Iglesia durante 18 años. (218).
- San LIBERAL, mártir. En Roma. Fue cónsul. (s. inc.).
- San FILOGONIO, obispo. En Antioquía de Siria. Siendo abogado fue llamado a regir esta diócesis, y junto con el obispo san Alejandro y demás compañeros fue el primero en luchar contra Arrio por la fe católica, tras lo cual descansó en el Señor lleno de méritos. (324).
- San URSICINO, eremita. Actual Suiza. Discípulo de San Columbano. Llevó una vida eremítica en soledad, y después de ser descubierto animó a muchos a llevar este género de vida. (620).
- Santo DOMINGO de SILOS, abad. Castilla. Siendo ermitaño, restauró después el monasterio de Silos, que estaba relajado. Introdujo allí la disciplina y favoreció día y noche la alabanza divina. (1073).
- Beato MIGUEL PIASCZYNSKI, presbítero y mártir, en el campo de concentración de Sachsenhuse, Alemania. Polaco de origen. Encarcelado por su fe, y por su condición de sacerdote católico. Después de los tormentos que padeció, falleció. (1940).
Hoy recordamos especialmente a SAN VICENTE ROMANO
Nació en Torre de Greco (Nápoles), en el seno de una modesta y piadosa familia. Quiso ingresar en el seminario de Nápoles, pero al haber muchos seminaristas, no le dejaron entrar. Después intentó hacer el noviciado en la Compañía de Jesús, pero por fin fue acogido en el seminario diocesano de Nápoles, donde tuvo como director espiritual al venerable Mariano Arciero. En Nápoles escuchó en diversas ocasiones los sermones de san Alfonso María de Ligorio. Ordenado sacerdote en 1775 volvió a su pueblo natal, donde pasó el resto de su vida. Fue un padre para los huérfanos, un consolador para los afligidos y un protector para los oprimidos. Durante la erupción del Vesubio de 1794, se prodigó en la asistencia de la población y reconstruyó la parroquia de su pueblo que había sido destruida.
En 1796 fue nombrado ecónomo de la parroquia de la Santa Cruz, y en 1799 fue nombrado párroco, y desde 1796 fue canónigo de la colegiata. Adelantándose a su tiempo instituyó la “misa práctica”, o sea una misa en la que desde el púlpito un sacerdote iba explicando a los fieles las ceremonias y sugiriéndoles los sentimientos y pensamientos más apropiados para una mejor participación en la eucaristía. Se ocupó de los pescadores, de su situación social y de su vida espiritual; y de la espiritualidad del clero rural. Fue un gran devoto del Sagrado Corazón.
Fue perseguido primero, por los invasores franceses y después, por algunas sociedades políticas italianas. Murió de una neumonía en 1831 y su tumba, en su parroquia, se convirtió en lugar de peregrinación.
Es el primer sacerdote diocesano italiano elevado al honor de los altares.