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- Santos MÁRTIRES de Cesarea de Palestina. ELÍAS, JEREMÍAS, ISAÍAS, SAMUEL y DANIEL, cristianos egipcios, que, por haber servido a los confesores condenados a las minas, fueron apresados por el prefecto, en tiempo del Imperio de Galerio Maximiano, y, después de duros tormentos, perecieron decapitados. Tras ellos fueron martirizados PÁMFILO, presbítero, VALENTE, diácono, y PABLO, nativo de Iamnia, que habían permanecido dos años en la cárcel, así como PORFIRIO, siervo de PÁMFILO, además de SELEUCO, capadocio que era militar, y TEÓDULO, anciano servidor del prefecto Firmiliano. Finalmente, el capadocio JULIÁN, llegado como peregrino en aquel momento, fue denunciado por haber besado los cuerpos de los mártires, y fue quemado a fuego lento. (309).
- San MARUTA, obispo. En Persia. Presidió el Concilio de Seleucia, reparó las iglesias destruidas durante la persecución de Sapor y colocó reliquias de mártires persas en la ciudad episcopal, Talgrit. (420).
- Beata FILIPA MARERI, virgen. En los Abruzzos. Despreciando las riquezas y el fasto del mundo, abrazó la vida de Santa Clara. (1236).
- Beato NICOLÁS PAGLIA, presbítero. En Perugia. Dominico. Recibió de Santo Domingo el hábito y la misión de predicar. (1256).
- Beato JOSÉ ALLAMANO, presbítero. En Turín. Lleno de fervor para propagar la fe cristiana, fundó las congregaciones de hombres y mujeres de la Consolata. (1926).
Hoy destacamos a SANTA JULIANA
Nació en Nicomedia en una familia ilustre. Hija de un padre pagano y de una madre agnóstica. Abrazando la religión se hizo bautizar en secreto.
Esta joven, virgen y mártir, al ser descubierta como cristiana fue azotada por su propio padre, y, seguidamente, atormentada por el Prefecto.
Luego fue encerrada en una cárcel, donde se dice luchó visiblemente contra el demonio.
Finalmente, habiendo vencido el suplicio del fuego y el de una caldera hirviendo, fue degollada.