- Santos Mártires ANTONINO, NICÉFORO, ZEBINAS y GERMÁN, y MANATA, virgen. En Cesarea de Palestina, en tiempo del Emperador Galerio Máximo. Los primeros fueron decapitados, la segunda, después de ser azotada, fue quemada viva. (297).
- San MITRIO, en la antigua Galia Narbonense. A pesar de ser esclavo vivió con gran santidad. (s. IV).
- San BRICIO, obispo, en la antigua Galia Lugdunense. Discípulo de San Martín, que sucedió a su maestro y durante 47 años padeció muchas adversidades. (444).
- Santos Mártires Hispanos ARCADIO, PASCASIO, PROBO y EUTIQUIANO, que por no querer adherirse a la herejía de Arrio fueron atormentados con atroces suplicios hasta la muerte. Fue en aquel entonces cuando el niño PAULILLO, hermano de PASCASIO y EUTIQUIANO, fue azotado y condenado a la esclavitud más vil. Moriría un año después. Todo ello en tiempo de los vándalos, recién llegados al norte de África. (437).
- San QUINCIANO, obispo, en la región francesa de Aquitania. (527).
- San EUGENIO, obispo, en Toledo. Trabajó en la ordenación de la Sagrada Liturgia. (657).
- San NICOLÁS I, papa, en Roma. Destacó por su energía al reafirmar la autoridad del Romano Pontífice en toda la Iglesia. (867).
- San HOMOBONO, comerciante que destacó, en la región de la Lombardía, Italia, por su caridad hacia los pobres, los niños, y por poner paz en las familias. (1197).
- Santa AGUSTINA PIETRANTONI, virgen, de la Congregación de Hermanas de la Caridad, dedicada, en Roma, al cuidado de tuberculosos en el hospital, donde fue acuchillada por un enfermo. (1894).
- Beato JUAN GONGA, mártir, en la región de Valencia. Dio su vida por Cristo en la cruel persecución religiosa contra la fe. (1936).
- Beata MARÍA DEL PATROCINIO, virgen y mártir, del Instituto de María Inmaculada Misioneras Claretianas, también asesinada por la fe en Valencia por los marxistas.
- Beatos PEDRO VICEV, PABLO DZIDZOV y JOSAFAT MATEO SISKOV, presbíteros y mártires, acusados falsamente y encarcelados, y ejecutados por el régimen comunista de Bulgaria. (1952).
Hoy destacamos a:
SAN LEANDRO de SEVILLA: nació en 540 en el seno de una familia romano-visigótica en Cartagena. Tuvo como hermanos a Santa Florentina, San Fulgencio y San Isidoro.
Tal vez, huyendo de los bizantinos, se trasladaron a Sevilla con sus padres. El padre era gobernador de Cartagena, católico; la madre, de origen godo y arriano, se convirtió al catolicismo.
San Leandro, el mayor de los hermanos, al morir los padres, se hizo cargo de todos. Tan pronto pudo ingresó en un monasterio.
Hombre culto y virtuoso, en 578 fue elegido metropolitano de Sevilla.
A San Leandro se debe la conversión de San Hermenegildo, hijo de Leovigildo.
Afectado por la guerra entre padre e hijo, San Leandro habrá de ir, por misión diplomática de la iglesia visigótica, a Constantinopla. Allí se dejará estar tres años, donde conocería a San Gregorio Magno, todavía sin ser papa.
A su regreso a España, estuvo en Cartagena hasta que la unidad católica de España lograda por la conversión de Recaredo facilitó que volviese a su sede apostólica en Sevilla.
Ayudó a que muchos visigodos dejasen el arrianismo y se pasasen a la fe.
Presidió el importantísimo Concilio III de Toledo.
Murió en 600.