Parece lícito que digamos, hoy en esta nueva entrega, que a finales del siglo II antes de Cristo, la colección segunda de la que hemos hablado hace unos días, la llamada PROFETAS (NEBIIM), estaba ya constituida sustancialmente.
Hay datos que parecen probarlos.
Tanto el Libro 2º de Macabeos como el Prólogo del Sirácida o Eclesiástico aluden a una colección de libros sagrados con el nombre “Profetas”.
Sin embargo, amabas citas no nos ofrecen el elenco de los libros que componían esta colección. En todo caso, algo se apunta el Libro del Sirácida (Si 46, 1-49, 15; c. 180 a.C.) que menciona los “profetas anteriores” y los “profetas posteriores” siguiendo precisamente el orden de los libros de la Biblia judía.
Así pues, el proceso de canonización de los NEBIIM tuvo lugar hacia mediados del siglo II antes de Cristo.
Finalmente, el carácter normativo que sí tenía la colección anterior, la TORAH, o PENTATEUCO, nunca la tuvieron los PROFETAS pues ni samaritanos, ni saduceos la reconocieron. Sólo la primera.