Es el nombre de una de cuatro antífonas marianas en honor de la Virgen.
Son las palabras latinas con que abre el himno pascual a la Virgen María que traducidas al español son “Reina del Cielo”.
La antífona es una composición litúrgica a manera de felicitación a María por la Resurrección de su Hijo Jesucristo.
Es la antífona mariana propia del tiempo de Pascua.
Se canta al final de las Completas de la noche, y optativamente puede cantarse al final de la Misa, en vez de la Salve Regina.
Asimismo, se canta o reza en lugar del Ángelus durante la Pascua, tal como dispuso el papa Benedicto XIV en 1742.
No se conoce al autor, pero ya se rezaba en el siglo XII y los frailes menores lo rezaban después del oficio de Completas ya en la primera mitad del siglo XIII.
Lo popularizaron los franciscanos, y lo expandieron por todo el mundo cristiano.
El autor no se conoce con seguridad, pero la tradición se la atribuye al papa San Gregorio Magno (s. VII), del que se dice que escuchó los tres primeros versos cantados por ángeles mientras caminaba descalzo una mañana en una procesión en Roma, añadiéndole el cuarto verso.
La versión musical más frecuente es la gregoriana, que es la que usa la Liturgia.
Podemos citar a Tomás Luis de Victoria, Claudio Monteverdi, Antonio Vivaldi, Mozart, Brahms, o Willcocks.