CONOCE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (DSI) – 37 SEGUNDA PARTE

by AdminObra

CAPÍTULO III

EL MATRIMONIO

El divorcio

  1. ¿Caben excepciones o exoneraciones sobre el matrimonio, en casos singulares?

No caben excepciones ni exoneraciones sobre el matrimonio, en casos singulares, porque nadie tiene derecho a considerarse a sí mismo como un ser privilegiado para no acatar los dictados de la ley divina, que está dirigida al bien común de la sociedad, velando por todas las personas que la integran.

  1. ¿Un matrimonio religioso puede anularse?

Un matrimonio religioso, por ser de suyo indisoluble, jamás puede anularse; en cambio, si se comprueba que nunca hubo matrimonio, porque fue desde su origen inválido, puede ser declarado nulo –certificándose que nunca existió- por la autoridad eclesiástica competente.

El matrimonio rato no consumado, siendo matrimonio religioso válido, puede ser disuelto por el Papa, a tenor del derecho canónico vigente, por causas justas.

  1. ¿Por qué existe el divorcio legal?

Existe el divorcio legal en muchas naciones porque la crisis espiritual y religiosa de nuestro tiempo abre paso al materialismo que exalta al sexo de forma inmoderada y errónea, tergiversando el verdadero sentido del amor; y porque muchas parejas se preparan mal para el matrimonio y no saben guardar la fidelidad prometida.

  1. ¿Por qué hace daño la existencia del divorcio legal?

Hace mucho daño la existencia del divorcio legal porque:

  • Expresa un desprecio formal a la verdadera religión, al romper el hombre lo que Dios ha unido para siempre;
  • Ignora una propiedad esencial de todo matrimonio que es indisoluble por su propia naturaleza;
  • Induce a muchas parejas a casarse pensando en la posibilidad de romper el vínculo si tienen problemas, en vez de estar decididos a superarlo con la ayuda de Dios, y afianzar así su unión a lo largo de sus vidas;
  • Al despreciar la promesa dada por los contrayentes, de fidelidad mutua para toda la vida, se pierde un valor humano que consiste en el respeto al deber moral de cumplir la palabra tan solemnemente comprometida;
  • Afecta sustancialmente a la educación y a la afectividad de los hijos, y los deja sin un hogar completo; y
  • Arruina la felicidad de la familia, célula básica de la sociedad, abriendo el camino hacia la descomposición moral de las costumbres de los pueblos.