CÓMO ENTENDER LAS APARICIONES MARIANAS – 6

by AdminObra

Se deben distinguir cuatro puntos fundamentales: respecto al vidente; respecto al contenido de las apariciones; respecto a los efectos; y, respecto a los signos milagrosos que las sostienen.

Se trata, siempre, de excluir cualquier posibilidad de que el acontecimiento a dilucidar haya sido producido naturalmente o por intervención del demonio.

  1. Respeto al vidente: se examina desde el punto de vista moral y psico-físico. Entre las virtudes requeridas sobresalen la humildad y la obediencia a los representantes legítimos de la Iglesia. La falta de humildad es siempre un signo malísimo.

Hay que tener en cuenta la salud psíquica y el riesgo de una excesiva sensibilidad e impresionabilidad. Por ejemplo, en Italia, tras la proyección de la película de las apariciones de Lourdes, muchas chicas afirmaron ver a la Virgen María.

  1. Respecto al contenido: se consideraría falso lo que contradijese la razón; falso y malvado todo lo que contradijese a la moral; falso, malvado e impío lo que contradijese la verdad revelada.

Se excluye toda posibilidad de que fuese otro evangelio. Ni un ángel estaría dispensado de esto. Hay que revisar que no haya contenidos ridículos e indignos de Dios.

La forma de la aparición debe corresponder a la obra de Dios, que es siempre perfecta. Son excluidas de la Madre de Dios deformaciones física o morales en su aspecto, en su actitud y en sus movimientos.

Es un criterio positivo cuando María desvela los secretos del corazón y manifiesta un poder superior a todo agente creado.

  1. Respecto a los efectos: son creíbles sin dan frutos buenos. Los verdaderos profetas son creíbles por sus frutos.

La visión divina suscita al comienzo un sentimiento de estupor y de miedo. Enseguida siguen un sentimiento de paz, alegría y certeza. Las visiones diabólicas, en cambio, se desarrollan en sentido contrario: al inicio pueden suscitar gozo, pero le siguen confusión, tristeza y desánimo. Las revelaciones auténticas confirman al vidente en las virtudes de la humildad, de la obediencia y de la paciencia. Las falsas revelaciones, al contrario, crean soberbia, presunción y desobediencia.

  1. Respecto a los milagros: para reconocer un milagro como tal, y excluir la posibilidad de una intervención preternatual, debe haber una investigación rigurosa. Las únicas garantías decisivas para discernir una profecía auténtica son el milagro anterior a la profecía y/o el cumplirse la misma.

Pero el milagro no siempre acompaña a las apariciones marianas: solo cuando tienen una finalidad social, cuando, por ejemplo, contienen mensajes o advertencias para la comunidad de los fieles, deben ser acompañadas del “signum comprobationis”; no, en cambio, cuando se trata de apariciones para confortar a consolar al vidente.

Aunque una revelación profética, de por sí, resulte auténtica, es posible que contenga errores por dos motivos: o porque la fantasía humana añade algo a la manifestación divina, o bien porque una revelación es interpretada de forma equivocada.