“LO PRINCIPAL”
Hay personas que quieren llevar un buen noviazgo y quieren saber qué es lo principal del mismo.
Saben que es importante conocerse, pero quieren saber que es lo primero en ese conocimiento.
Una importantísima es el carácter. VIVIR CON UNA PERSONA ES VIVIR CON UN CARÁCTER, CON SU CARÁCTER. La expresión de sus alegrías, penas, frustraciones, estados de ánimo, ambiciones nobles o menos nobles, se va a manifestar a través de su carácter.
La sensibilidad personal, es decir, la capacidad de sentirse herida, se va a manifestar por su carácter. Todas estas situaciones se presentan siempre en una relación de pareja, pero son, de una forma y otra, más llevaderas o menos en función del carácter que tenga la persona.
Aunque el carácter pueda mejorar, no hay que hacerse muchas ilusiones: si mejora, bien, pero tomemos decisiones en función del que tiene ahora. Lo demás es meterse en situaciones que no sabemos ni si ocurrirán, ni cómo ocurrirán.
Otra característica a la que hay que darle mucho valor es su creencia o visión de la vida. Las creencias.
Vivimos con un carácter. Pero las creencias ORIENTAN LA VIDA, TIENEN UN RUMBO. El amor lo puede todo, pero no caer en la ingenuidad, el carácter y las creencias pueden reforzar o debilitar.
Las creencias INFLUYEN EN LO MÁS PROFUNDO DE LAS PERSONAS Y DE LA RELACIÓN: la educación de los hijos, el respeto a la libertad del otro, la delicadez en el trato de forma habitual, la sexualidad, el trato a los enfermos. Todas estas situaciones aparecen en una relación de repente, muchas veces. Según nuestro sistema de valores, según nuestra jerarquía de valores basados en las creencias, se verá como respondemos.
A veces, hay muchos roces entre las parejas porque se darían respuestas radicalmente distintas ante una misma situación.
Así pues, finalmente, PROFUNDIZAR EN EL CARÁCTER DEL OTRO Y EN LAS CREENCIAS, ¡a conocerse! Porque en ello va la felicidad.