Influencias cristianas en la transformación de la sociedad bajorromana
Se le concede a la Iglesia en esta época el “derecho de asilo”, esto es, las iglesias serán lugares de refugio.
También se reconoció a los obispos el derecho de “intercessio” para poder interceder ante los jueces con el fin de obtener la gracia de los condenados, y en este sentido conocemos determinadas intervenciones de San Ambrosio y de San Agustín.
Muy importante fue la modificación que la Iglesia promovió acerca del sentido de los derechos que “patria potestas” daba al padre sobre los hijos, tendiendo ahora hacia la “paterna pietas”. Esto posibilitó la libertad de los hijos para contraer matrimonio, la influencia de la madre en la educación del hijo, el deber de sustentar a los hijos y también el de los hijos de atender a los padres cuando se hallasen necesitados.
La Iglesia también condenó la venta de los hijos por los padres y el abandono de los niños, “expósitos”, algo muy frecuente. Muchos de estos “expósitos” solían acabar en la esclavitud, amancebamiento, la pederastia, la prostitución, por lo cual los autores eclesiásticos lucharon contra ello.
En la parte oriental del Imperio, o la continuación del mismo, más bien, se hablaría por primera vez bajo Justiniano I de asilos eclesiásticos para recoger y educar a “expósitos”: Brefotrofeia.