- El arzobispo pidió por las personas víctimas de la violencia y por las que sufren las guerras en Ucrania y otros países, y las que padecen las consecuencias físicas y morales.
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió hoy, solemnidad del Apóstol Santiago, la Santa Misa en honor del Patrono de España, una ceremonia en la que el Rey Felipe VI presentó la Ofrenda Nacional en este Año Santo Compostelano. En su homilía, monseñor Barrio agradeció la presencia de Sus Majestades, de la Princesa de Asturias, doña Leonor, y de la Infanta Sofía, y aseguró que “la solemnidad del Patrono de España nos recuerda que el cristianismo es realidad de vida en Cristo que configura nuestra identidad cristiana”. El arzobispo compostelano acogió la Ofrenda de Felipe VI “encomendando á intercesión do Apóstolo Santiago a tódolos pobos de España e de xeito especial ó pobo galego, as persoas vítimas da violencia e das guerras en Ucranía e outros paises, e que sofren as consecuencias físicas e morais”.
“El Año Santo es tiempo de sanación, de curación y de gracia para fortalecer la fe, avivar la esperanza y vivir la caridad personal y socialmente”. Así comenzó hoy su homilía el arzobispo de Compostela.
Monseñor Barrio aseguró que “es necesaria la reflexión que procede de un trasfondo religioso y que recoge siglos de experiencia y de sabiduría”. En este sentido, añadió que “el alma necesita la armonía en medio de lo inarmónico, fortaleciendo la esperanza de una renovación ética, moral y espiritual”.
El prelado compostelano destacó que “el Apóstol Santiago dio testimonio de que en Cristo comienza, tiene sentido, orientación y cumplimiento toda la historia y en Él se ha dicho todo”. Y continuó diciendo que: “como los apóstoles, hemos de anunciar el Evangelio y proclamar la Resurrección del Señor, que libera nuestro espíritu de la asfixia de la pura inmanencia”.
“El respeto por la dignidad de la persona desde su concepción hasta la muerte natural ha de ser la norma inspiradora del auténtico progreso social, económico, cultural y científico.”, afirmó el arzobispo. Y subrayó que “los cristianos hemos de afrontar los retos de la historia con la plenitud del amor, la fecundidad de la cruz y el espíritu de las Bienaventuranzas, viviendo la fe sin complejos ni disfraces, en escucha y en diálogo, en la normalidad de la vida orientada a Dios, superando tanta indiferencia”.
Monseñor Barrio apuntó que “lo que cambia el mundo es la presencia de Dios que fortalece un proyecto de convivencia armónica, para que las personas y los pueblos se sientan cercanos los unos a los otros, y nuestra unidad se enriquezca con la pluralidad que nos es propia” e invitó a colaborar para “humanizar nuestra convivencia, con los valores esenciales de la austeridad, el esfuerzo, la solidaridad y la caridad,”.
El arzobispo de Santiago finalizó su homilía con estas palabras “Que o desexo de paz en tódolos países do mundo se faga realidade. Oxalá que o único fume que voe as alturas sexa o do Botafumeiro. Pido por quen perdeu a súa vida polos incendios forestais e as persoas que por esta causa perderon o seus bens, polos que morreron no mar e polas súas familias. Teño presentes na oración os nosos gobernantes para que o Señor concédalles fortaleza, xenerosidade e constancia na procura do ben común e da renovación ética e moral da nosa sociedade. Co patrocinio do Apóstolo, pido a bendición de Deus sobre as súas Maxestades e a Familia Real, sempre sensibles a todo o que afecta ó noso pobo. Deus nos axuda e tamén o Apóstolo Santiago”.
Concelebraron con monseñor Barrio, monseñor Bernardito Auza, nuncio apostólico en España; el cardenal arzobispo emérito de Madrid, mons. Antonio María Rouco Varela; el arzobispo emérito de Tánger, mons. Santiago Agrelo Martínez; monseñor Luis Quinteiro Fiuza, obispo de Tui-Vigo; el obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco; el titular de la Diócesis de Ourense, monseñor José Leonardo Lemos Montanet; el obispo de Mondoñedo-Ferrol, mons. Fernando García Cadiñanos; así como monseñor Jesús Fernández González, actual obispo de Astorga, y el auxiliar de Santiago, monseñor Francisco José Prieto.
El compositor italiano Marco Frisina dirigió el repertorio musical de esta celebración litúrgica que corrió a cargo del Orfeón Terra A Nosa, la Escolanía de la Catedral, el cantor José Luis Vázquez y el organista Adrián Regueiro. Así mismo, presentó la “Misa en honor al Apóstol Santiago”, una amplia obra escrita, con motivo del Año Jubilar que se está celebrando, para coro mixto, voces blancas, órgano y orquesta.