SANTORAL
- San OPTACIANO, obispo. Brescia. Suscribió cartas sinodales sobre la fe respecto a la Encarnación enviadas por Eusebio, obispo de Milán, al papa San León. (s. V).
- San VICENTE, monje. Brabante, España. Con el consentimiento de su esposa Santa Valtrudis abrazó la vida monástica y fundó dos monasterios. (677).
- San MARCHELMO, presbítero y monje. Frisia, Holanda. De origen anglosajón y discípulo de San Wilibrordo, al que acompañó en los trabajos que éste emprendió. (775).
- Beato HROZNATA, mártir. Bohemia. Al fallecer su esposa e hijo, dejó la corte ducal e ingresó en el monasterio premonstratense de Tepla, y por defender los derechos de este monasterio fue capturado por unos malvados que lo dejaron morir de hambre. (1217).
- Santa TUSCANA. Verona. Muerto su esposo, distribuyó todos sus bienes entre los pobres y se dedicó en la Orden de San Juan de Jerusalén al cuidado de enfermos. (1344).
- Beata ANGELINA de MARSCIANO, monja. Foligno. Al quedar viuda se consagró durante cincuenta años a servir a Dios y al prójimo, e inició una Congregación de Hermanas de la Tercera Orden Regular de San Francisco de clausura para la formación de la juventud femenina. (1435).
- Beato GASPAR de BONO, presbítero. Valencia. Abandonó las armas del ejército del emperador y se hizo de la Orden de los Mínimos. Rigió la provincia española de dicha Orden con celo, prudencia y caridad. (1604).
- San CAMILO de LELIS, presbítero. Abruzzos, Italia. Desde adolescente fue militar y se dejó arrastrar por los vicios propios de una juventud alegre y despreocupada, pero, convertido de su mala vida, se entregó al cuidado de los enfermos en los hospitales de los incurables, a los que servía como el mismo Cristo. Ordenado sacerdote, puso en Roma los fundamentos de la Orden de Clérigos Regulares Ministros de los Enfermos. (1614).
- Beato RICARDO LANGHORNE, mártir. Londres. Insigne jurista. Acusado de traición bajo el rey Carlos II fue condenado a la pena capital en Tyburn. (1679).
- Beato GHEBRE MIGUEL, presbítero y mártir. Etiopía. De la Congregación de la Misión. Buscando en los estudios y en la oración la fe verdadera, la encontró uniéndose a la Iglesia Católica. Por ello sufrió primero cárceles, y luego, custodiado por soldados cargados sus pies de pesadas cadenas, fue obligado a caminar durante trece meses, fustigado continuamente, hasta que falleció consumido por la sed y el hambre. (1855).
- San JUAN WANG GUIXIN, mártir. Hebei, China. Antes que mentir, prefirió la muerte. (1900).
Hoy recordamos especialmente a SAN FRANCISCO SOLANO
Nació en Montilla, Córdoba en 1549.
Sintiendo la vocación a la vida religiosa, ingresó en la orden franciscana, en la que profesó y, en octubre de 1577, recibió la ordenación sacerdotal.
Después de un breve tiempo de ejercer su ministerio en Andalucía, se ofreció para ir a lugares de misión.
Llegó a Lima en 1589, y fue enviado a pasar los Andes y trabajar afanosamente como catequista, logrando la conversión de muchos indígenas.
Desde 1595 a 1602 fue viceprovincial de su orden, y como tal, visitó los conventos de las zonas de Tucumán y Paraguay, animando la obra misionera de los frailes y dando ejemplo de vida santa.
De regreso a Lima, alternó la contemplación con una celosa, asidua y fructífera predicación de la Palabra de Dios, y en esta ciudad murió en 1610.