DÍA NOVENO
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN PREPARATORIA
Con mucha pena de ser como soy y con muchas ganas de ser como Tú quieres que sea, vengo a pedirte, Corazón de mi Jesús Sacramentado, la venida del Espíritu Santo a mi pobre alma; poniendo por intercesores a nuestra Madre Inmaculada, al Santo Ángel de mi Guarda, a San José y a mis Santos Patronos. Amén.
ASPIRACIÓN
Pidamos al Espíritu Santo el Don de Fortaleza que nos haga odiar y rechazar la vida del amor propio y de los sentidos, y gozarnos en el trato frecuente y afectivo con el Corazón de Jesús, vivo y oculto en el Sagrario.
PALABRAS DE JESÚS
En el último día de la fiesta (de los Tabernáculos) que es el más solemne, Jesús se puso en pie y en alta voz decía: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. Del seno de aquel que cree en Mí manarán, como dice la Escritura, ríos de agua viva.
Esto dijo por el Espíritu Santo, que habían de recibir los que creyesen en Él, pues aún no se había comunicado el Espíritu Santo, porque que Jesús todavía no estaba en su gloria (Jn. 7, 37).
ORACIÓN Y JACULATORIAS LITÚRGICAS
«Os suplicamos, oh, Dios Todopoderoso, nos concedáis que, celebrando la solemnidad de la venida del Espíritu Santo, seamos inflamados en celestiales deseos, de manera que no tengamos sed sino de la Fuente de la vida. Por Nuestro Señor Jesucristo que con Vos vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos.
Amén.
Concede a tus fieles, que en Ti confían, tus siete dones sagrados.
Tú eres nuestro Consolador, don del Altísimo, fuente viva, fuego, amor y espiritual unción.
REFLEXIÓN
El gran Agente de la vida interior, el siempre eficaz y con el que hay que contar siempre, es el Espíritu Santo, que es el que habla y obra en el interior.
Todo eso es la obra del Espíritu renovador de la faz de la tierra, del que creará tierras y cielos nuevos, y ojos, bocas, cabezas y corazones nuevos para homenaje, glorificación y reparación del Rey escondido del Sagrario y santificación, deificación y gozo sin fin ni medida de los que le busquen y traten en oración preparada con laboriosidad, rectitud, humildad y constancia.
PETICIÓN
Espíritu Santo, danos a gustar algo de lo que siente el Corazón sacerdotal de nuestro Jesús ofreciéndose inmolado en nuestras Misas. dándose sin reserva a los comulgantes buenos y malos, y viviendo oculto y callado en nuestros Sagrarios, igualmente abandonados.