Las homilías de Benedicto XVI han pasado a la historia por su nivel teológico. Ha sido un género que él ha cuidado siempre al detalle y de modo singular. A través de él ha intentado hacer todo el bien que pudo. Y ayudar, en la consideración y meditación de las mismas.
Cada una de ellas es una pequeña obra de arte. Claras, bellas, profundas, piadosas, exigentes, cercanas, teológicas…En ellas aparecen los símbolos, los gestos, los Padres de la Iglesia, los santos…
En esta Cuaresma ofreceremos breves de homilías suyas como ayuda autorizada para vivir este tiempo de combate espiritual que ha de ser pleno y total.
CUARESMA, COMO COMBATE CONTRA LA FUERZAS DEL MAL
“Otro aspecto de la espiritualidad cuaresmal es el que podríamos llamar ‘agonístico’, y se refleja en la oración colecta de hoy, donde se habla de ‘armas’ de la penitencia y de ‘combate’ contra las fuerzas del mal. Cada día, pero especialmente en Cuaresma, el cristiano debe librar un combate, como el que Cristo libró en el desierto de Judá, donde durante cuarenta días fue tentado por el diablo, y luego en Getsemaní, cuando rechazó la última tentación, aceptando hasta el fondo la voluntad del Padre”.