- San VALENTÍN, mártir. En Roma. (s. inc.).
- San ZENÓN, mártir. En roma. (s. inc.).
- Santos BASIANO, TONIÓN, PROTO y LUCIO, mártires, arrojados al mar; San CIRIÓN, presbítero, San AGATÓN, exorcista, y San MOISÉS, quemados vivos; y San DIONISIO y AMMONIO, decapitados. En Alejandría de Egipto. (s. inc.).
- San ELEUCADIO, obispo. En Rávena. (s. III).
- San AUXENCIO, presbítero y archimandrita. En Bitinia. Defendió la fe de Calcedonia con la voz de sus virtudes. (s. V).
- San NOSTRIANO, obispo. En Nápoles. (450).
- San ANTONINO, abad. En Campania, Italia. Al ser destruido su convento por los lombardos se refugió en la soledad. (830).
- San CIRILO, monje, y San METODIO, obispo, hermanos nacidos en Tesalónica. Fueron enviados a Moravia por el obispo Focio de Constantinopla para predicar allí la fe. Crearon signos propios para traducir del griego a la lengua eslava los libros sagrados. En un posterior viaje a Roma, Cirilo enfermó, y habiendo profesado como monje, falleció en ese día. Metodio, constituido obispo de Sirmium por el Papa Adriano II, evangelizó la región de Panonia, y en todas las dificultades que soportó fue ayudado por los Papas. Falleció en Moravia, actual Chequia. (869 y 885).
- Beato VICENTE VILAR DAVID, mártir. En Valencia. Acogió en su casa a sacerdotes y religiosos durante la persecución religiosa. Prefirió morir a renegar de su fe. (1937).
Hoy destacamos a SAN JUAN BAUTISTA de la CONCEPCIÓN
Nació en Almodóvar del Campo en 1561. Hijo de labradores acomodados. Es tradición que aún siendo niño de pocos años pasó por el pueblo Santa Teresa de Jesús y se hospedó en su casa y, que, al presentarle el niño a la Santa, ella profetizó que sería religioso.
Fue enviado a estudiar a Baeza, en Jaén. Terminados los estudios percibió, mientras hacía oración ante una imagen de la Virgen María en la Catedral Primada de Toledo, la vocación a la Orden de los Trinitarios, a pesar que su gusto hubiese sido ser Carmelita.
Tomó el hábito en 1580, y emitió profesión religiosa el mismo día del año siguiente.
Fue enviado a Alcalá de Henares a estudiar teología. Allí fue ordenado sacerdote en 1585.
Destinado al convento de Sevilla, comenzó a sobresalir como predicador y, declarada una maligna epidemia en 1590, Juan Bautista no dudó en dedicarse atender a los enfermos
Decidida la Orden a abrir varias casas con una estrecha observancia de la Regla para fomentar entre los religiosos un verdadero espíritu de reforma, Juan Bautista no se sintió, en principio, con fuerza para sobrellevar todo aquello.
Aún así, fue enviado a Valdepeñas a una casa de fiel observancia. Pero Juan Bautista entiende que se debe pedir a Roma licencia al Papa para la reforma.
Por ello emprenderá viaje hacia Roma en 1597. Llegaría allí en 1598. Para él resultó muy fatigoso tener que dar explicaciones de las reformas que quería emprender. Por fin consiguió un Breve Apostólico en 1599. Superadas no pocas dificultades, concedieron el convento de Valdepeñas a los reformados. Además, Juan Bautista consiguió abrir ocho conventos en cinco años por lo que les concedieron ser Provincia reformada.
Fue elegido provincial entre 1605-1608. Terminado su mandato fue enviado a Córdoba.
Padeciendo ya serias limitaciones de salud, fue trasladado a Sanlúcar de Barrameda para abrir allí una casa, pero le ordenaron regresar a Córdoba, donde murió santamente.