Cercana la Navidad nos disponemos para acoger la conocida como “Luz de la Paz de Belén”.
Nuestra Parroquia de Santiago de Cangas e Islas Cíes la ofrecerá a la feligresía el jueves, 23 de diciembre, al acabar la Misa de las 19:30h. Con gran ilusión la llevaremos a nuestros hogares para que, ya desde la Nochebuena, los ilumine hasta el final de las Pascuas Navideñas.
Desde 1986, los Scouts de Austria envían cada año a un niño o una niña austriaco unas semanas antes de Navidad a la cueva del Nacimiento de Belén a encender una lámpara, que es trasladada a Viena como mensaje de paz y de vida, de amor y de esperanza.
Una vez en Viena, la Luz de Belén se distribuye a delegaciones de Scouts de todo el mundo. Ellas la llevarán a sus países para que llegue a parroquias y familias, a niños y jóvenes, a ancianos y enfermos, y a los más pobres y necesitados.
La Luz de Belén representa a Jesús mismo. Él nos dice: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). Cristo es la luz que “brilla en la tiniebla” (cf. Jn 1,5). El Niño que nace en Belén es la luz definitiva en nuestro camino hacia la Vida. Ahora, viviendo con Él y por Él, podemos vivir en la luz de la Vida. Él ha nacido para ahuyentar la noche de las tinieblas y del error, de la incredulidad y del pecado.
Acoger la “Luz de la Paz de Belén” nos lleva a acoger a Jesús mismo, que es la luz del mundo y a encontrarnos personalmente con Él, que viene a iluminar nuestra existencia y nuestro mundo. Él nos ofrece el Amor de Dios, que transforma nuestra vida, sana nuestras heridas y perdona nuestros pecados. Cristo ilumina la vida con una nueva luz, nos da esperanza, nos conduce por el camino de la verdad y del bien, y nos envía a ser sus testigos y misioneros. A sus discípulos, Jesús nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5,14). Muchos de nuestros contemporáneos piensan y viven como si Dios no existiera y olvidan que en Navidad nace Jesús, el Hijo de Dios. En este contexto, los cristianos hemos de llevar por doquier la Luz de Belén, reafirmar nuestra fe y anunciar a todos que Jesús, el Nino que nos nace en Belén, es la Luz del mundo.