Nuestro mundo tan impuro y tan relativista, nos trata de proyectar que es imposible alguien como San José. Sin embargo, Dios realizó en él la maravilla de la sencillez profunda y del amor puro. La limpieza de corazón hace referencia a la verdad y al amor. Los limpios de corazón son sencillos, aceptando la verdad, y además tienen una capacidad de ahondar en las verdades sobrenaturales y una claridad muy grande para defenderlas.
Así, San José, defensor de la Virginidad de María. Defensor de la Divinidad de Cristo.
Los que hayan pensado que San José no se enteraba de nada, que sepan que, por asistencia del Espíritu Santo obtuvo una capacidad total del entendimiento de todo el Misterio que le superaba. Y que lo aceptó.
Y, a la vez, la limpieza de corazón, hace referencia a la pureza, a la castidad. San José vive un amor limpísimo. Como dijo el Papa Francisco “ama sin poseer”.
San José es capaz de tener una ternura infinita con María, y, a la vez, la delicadeza de quien no quiere provocar nada impuro. No hemos de pensar en un José “estirado” y rancio, incapaz de una muestra de cariño. San José es capaza de mostrar gran ternura y gran castidad. Todo va unido. No puede ser de otro modo.