“La Palabra de Dios en Adviento”
En la primera parte del Adviento, hasta el 16 de diciembre, se lee de manera progresiva, pero discontinua, el profeta Isaías, casi exclusivamente, en la primera lectura, con mensajes y pasajes MESIÁNICOS y ESCATOLÓGICOS.
A estas lecturas proféticas corresponden textos evangélicos que demuestran el cumplimiento de las profecías, que están relacionadas con la PRIMERA MANIFESTACIÓN, VENIDA del Señor y anuncian la promesa de su VENIDA ESCATOLÓGICA, o definitiva.
A partir del jueves de la segunda semana se leen los pasajes evangélicos referentes a JUAN BAUTISTA, el Precursor, personaje típico de Adviento, puesto que insiste en la presencia del Mesías, ya cercano. Curiosamente, sus palabras corresponden a cuando Nuestro Señor es ya adulto, a punto de iniciar su vida pública. Pero el contenido de las mismas, y la garra con que se dicen, es lo que la Iglesia tiene en cuenta para decirnos que prestemos atención al Bautista.
En la segunda parte, a partir del 17 de diciembre, se leen progresivamente en la primera lectura vaticinios mesiánicos del Antiguo Testamento y se proclaman textos evangélicos de la infancia de Jesús, recogidos por San Mateo y San Lucas, que son los evangelistas clásicos de estas fechas. En esta etapa, una sensación de ternura, calor y hogar se trasluce por todos lados.
Es importante la lectura continua del primer capítulo de San Lucas con el anuncio a Zacarías, a María Santísima, con la narración de la Visitación y el nacimiento del Bautista, con la preparación al nacimiento de Cristo.