ORNAMENTOS DEL SACERDOTE PARA CELEBRAR LA MISA – 5

by AdminObra

LA CASULLA

Es el emblema de la virtud real del amor divino: la virtud cardinal del Sacerdote es el amor.

Esta noble casulla es el vestido sacerdotal por excelencia.

La “casulla” (casula, “casilla”) era un gran manto redondo, muy ancho, con una sola abertura para pasar la cabeza, en el que se hallaba el sacerdote como encerrado, y de aquí el llamarse “casulla”.

Durante los siete primeros siglos era el traje común de los hombres que usaban manto: el pueblo lo abandonó, conservándolo solamente las personas consagradas a Dios.

Hace novecientos años que la Iglesia da la casulla a los sacerdotes al ordenarlos como un traje propio para ofrecer el santo sacrificio.

Los griegos han conservado su antigua forma en toda su extensión y los latinos han suprimido poco a poco, desde hace dos siglos, cuanto impide la libertad de los movimientos.

Antiguamente era necesario levantar y replegar la casulla por ambos lados cuando el sacerdote incensaba y cuando elevaba la Hostia y el Cáliz, y de aquí la costumbre de levantarse la casulla aún hasta hace poco.

Cuando se replegaba la casulla, colgaba por delante y por detrás, queda casi en la misma forma que las casullas de antes de la reforma de 1969, de las que se ha cortado todo lo que se plegaba al brazo.

La casulla representaba la caridad que debe cubrir al sacerdote y el yugo amable de Jesucristo que el sacrificador debe llevar con gracia y alegría.

Ad Planetam:

Iugum meum suáve est et onus meum leve: fac, ut istud portáre sic váleam, quod cónsequar tuam grátiam.

Casulla:

Señor, que dijiste: ‘Mi yugo es suave y mi carga ligera’: haz que lo lleve de tal manera que alcance tu gracia.