La novedad extraordinaria de Jesús resucitado de entre los muertos explica de forma adecuada el inicio del cristianismo, la existencia de la Iglesia.
Sin la Resurrección también será enigma la celebración del domingo desde los mismos albores del cristianismo.
Recordemos que los primeros miembros de la Iglesia eran todos judíos; estos celebraban el sábado como día santo, conforme a lo establecido por la Ley Mosaica.
Si se prescinde del acontecimiento de la Resurrección que tuvo lugar en el primer día de la semana, no existe ningún motivo para que este grupo judío cambiase la celebración de su día santo, y en lugar del sábado prefiriese el día después, denominado “domingo” en honor de su Señor (Dominus).
En cambio, es comprensible el cambio si en ese día encontraron el sepulcro vacío y tuvieron comienzo las apariciones, es decir, cuando se hizo evidente para ellos la Resurrección de Jesús.