¿Qué relación tuvo la Iglesia con el Imperio Romano? Pues la relación se fue desarrollando por un cauce de inesperadas consecuencias.
Al principio, bien lo sabemos, la relación estuvo marcada por el rechazo y la persecución; pero el resultado final será una sorprendente fusión entre ambos polos, de modo que el Imperio Romano se convertirá en un imperio “cristiano”.
Esto tendrá lugar en el siglo IV entre los mandatos de los emperadores Constantino y Teodosio.
Los cristianos empezaron su andadura en el Imperio bajo la sospecha de ser una secta inquietante e incómoda.
Tácito hablará de los cristianos como una secta ‘atea’, que niega a los dioses.
San Pablo había enseñado obedecer a toda autoridad. Pero la relación de las autoridades del Imperio con la nueva fe estaba llena de suspicacia pues los cristianos rechazaban los dioses romanos, y abominaban de los sacrificios que había que ofrecerles a ellos y al emperador.
Se debía obedecer a toda autoridad, pero no adorarla.
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