30. CRISTIANOS EN HISPANIA – V

Además de estos importantes escritores, y de numerosos mártires durante el siglo III, las comunidades de Hispania nos dejan una colección de personajes, variados y de gran riqueza, como muestra de la vitalidad del cristianismo hispano.

El más enigmático fue Prisciliano, obispo de Abula (Ávila), brillante y sugestivo reformador ascético, pero demasiado próximo a postulados heréticos, que para unos son gnósticos y para otros maniqueos.

Sus escritos, profundas y oscuros, muestran rasgos heréticos (monarquianos) y a la vez espirituales (teología africana). Su figura está todavía envuelta en niebla, como su tierra natal, excepto su muerte, que se destaca con toda claridad como la primera conocida en la que la autoridad civil (Máximo) decreta la ejecución de un hereje en Tréveis, en 385.