ÚLTIMO EJERCICIO DEL VÍA LUCIS (20h)

by AdminObra

El Vía Lucis nació en el verano de 1988, en el Movimiento de la Familia Salesiana Testigos del Resucitado. Era la primera formulación y realización de una celebración centrada en la Resurrección.

La fórmula era y es la de la devoción itinerante como participación en la vida y en la alegría del Señor Resucitado. L’Osservatore Romano y Avvenire, se han interesado por él, a lo largo de todos estos años con muchos artículos publicados. Más de una vez también lo han hecho Il Corriere della Sera y La Repubblica.

En 1989 el Vía Lucis es presentado al sucesor de Don Bosco, don Egidio Viganó que se implicó y nombró una comisión teológica para estudiar criterios y formularios diversificados. Surgieron algunos para comunidades parroquiales, otros para grupos comprometidos y para jóvenes y para personas consagradas. Existe también un texto para niños, para los cuales también hay una reelaboración dramatizada con base musical por parte de Anna Benassi de la RAI y del maestro Di Maio. Se ha publicado también el Vía Lucis para los que sufren (enfermos).

El Vía Lucis, nacido sencillamente en y para el Movimiento, que estaba en busca de una oración que expresara el propio carisma, se difundió, por obra y gracia del Espíritu, tan rápidamente que en abril de 1990 se celebró solemnemente el primer Vía Lucis presidido por el sucesor de Don Bosco, Don Egidio Viganó, en Roma, sobre el suelo de las Catacumbas de San Calisto, con ocasión del Capítulo general de los salesianos. Y fue significativo celebrarlo solemnemente por primera vez allí donde reposan los mártires, testigos perennes de una fe inquebrantable en el Resucitado.

Siguió la notificación a Juan Pablo II, precisamente por parte del Rector Mayor, y la lenta implicación de los Obispos. Algunos introdujeron enseguida en sus propias diócesis la práctica del Vía Lucis como llegada a la alegría de la vida cristiana, después de la experiencia del Vía Crucis.

Los cenáculos locales del TR han nacido y son todos ellos activos promotores y animadores de las varias celebración del Vía Lucis; en septiembre de 1992 y, en años sucesivos y en varias etapas, el Vía Lucis fue celebrado en la Basílica del Santo Sepulcro, bajo la roca del Calvario en la capilla de Santa Elena, durante la peregrinación del Movimiento a Tierra Santa, con el fin de dar gracias al Señor Resucitado por esta perla entregada al TR para la Iglesia entera.