Tres cardenales y veinticuatro obispos envían una carta de protesta al COI por la ceremonia de apertura

Exigen que «repudien esta acción blasfema y se disculpen con todas las personas de fe». Además señalan que «Obedientes al Dios que nos llama a rezar con humildad y a rechazar el mal, nosotros, los infrascritos, celebraremos una jornada de ayuno y de oración en reparación por esta blasfemia»

by AdminObra

Veintisiete prelados han enviado una contundente carta abierta al Comité Olímpico Internacional (COI) para que «repudie» y «se disculpe» por la «burla intencionalmente odiosa» de la Última Cena durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024.

En la carta afirman, «los abajo firmantes se comprometen a un día de oración y ayuno en reparación por esta blasfemia».

La carta fue firmada por 3 cardenales y 24 obispos hasta este momento, el viernes 2 de agosto, en la que señalan: «con asombro, el mundo vio cómo los Juegos Olímpicos de verano en París comenzaron con una representación grotesca y blasfema de la Última Cena».

«Es difícil entender cómo la fe de más de 2 mil millones de personas puede ser tan casual e intencionalmente blasfemada», dijeron los prelados, entre ellos el Cardenal Raymond Leo Burke, el Cardenal Wilfrid Fox Napier, O.F.M., y el Cardenal Berhaneyesus Demerew Souraphiel, C.M.

Quince de los 24 signatarios son de Estados Unidos, obispos de Argentina, Francia, Ghana, Líbano, Nigeria, Perú y el Reino Unido también firmaron la carta.

Los prelados exigieron que el COI «repudie esta acción blasfema  y se disculpe con todas las personas de fe», advirtiendo que la exhibición «amenaza a personas de todas las religiones y de ninguna, ya que abre la puerta a que aquellos con poder hagan lo que deseen con las personas que no les gustan».

Los organizadores de la carta proporcionaron una dirección de correo electrónico – episcopimundi2022@gmail.com – que otros obispos pueden usar para añadir sus nombres al documento.

Carta abierta de obispos católicos al Comité Olímpico Internacional

«Si mi pueblo, sobre el que es invocado mi Nombre, se humilla, ora, me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra» (2 Cron 7,14)

El mundo entero presenció consternado la grotesca y blasfema representación de la Última Cena con la cual se inauguraron los Juegos Olímpicos de París. Resulta difícil comprender cómo los responsables pudieron permitirse intencionalmente profanar tan a la ligera la fe de más de dos mil millones de hombres.

Nosotros, obispos católicos del mundo entero, exigimos en nombre de todos los cristianos que el Comité Olímpico repudie este acto blasfemo y pida disculpas a todos los hombres de fe. Es difícil imaginarse que cualquier otra religión habría sido deliberadamente expuesta a un escarnio tan odioso ante un público internacional. Sin embargo, este vil acto representa una amenaza para todos, incluidos los creyentes de otras religiones y de ninguna, porque anima a los poderosos a hacer lo que les plazca con quienes desprecien.

Obedientes al Dios que nos llama a rezar con humildad y a rechazar el mal, nosotros, los infrascritos, celebraremos una jornada de ayuno y de oración en reparación por esta blasfemia. En esta ocasion cada uno de nosotros ofrecerá el santo sacrifico de la Misa, en la que la Pasión, muerte y Resurrección de Cristo se nos hacen presentes por medio de nuestra obediencia al mandamiento que Él mismo nos dio en la Última Cena: «Haced esto en conmemoración mía».

La Última Cena es la comida que Jesús de Nazaret tomó con sus amigos más íntimos en la noche antes de su muerte por ellos y por nosotros. Pedimos al Señor que quienes intenten dañar a otros con su poder, y quienes se vean dañados por los poderosos, imiten el amor sacrificial de Cristo, para que la paz, el decoro y el respeto mutuo vuelvan a reinar en el mundo.

Raymond Leo Cardenal Burke (La Crosse, EE.UU.)
Wilfrid Fox Cardenal Napier, O.F.M. (Durban, Sudáfrica)
Berhaneyesus Demerew Cardenal Souraphiel, C.M. (Addis Ababa, Etiopía)
Arzobispo Emérito Héctor Rubén Aguer (La Plata, Argentina)
Arzobispo Samuel Joseph Aquila (Denver, EE.UU.)
Arzobispo Emérito Charles Joseph Chaput, O.F.M. Cap. (Philadelphia, EE.UU.)
Arzobispo Paul Stagg Coakley (Oklahoma City, EE.UU.)
Arzobispo Salvatore Joseph Cordileone (San Francisco, EE.UU.)
Arzobispo Ignatius Ayau Kaigama (Abuja, Nigeria)
Arzobispo Joseph Fred Naumann (Kansas City en Kansas, EE.UU.)
Arzobispo Gabriel Charles Palmer-Buckle (Cape Coast, Ghana)
Arzobispo Hanna Rahme (Baalbek-Deir El-Ahmar, Líbano)
Arzobispo Emérito Juan Antonio Ugarte Pérez (Cuzco, Perú)
Arzobispo Michael Charles Barber, SJ (Oakland, EE.UU.)
Obispo Edward James Burns (Dallas, EE.UU.)
Obispo Liam Stephen Cary (Baker, EE.UU.)
Obispo James Douglas Conley (Lincoln, EE.UU.)
Obispo Andrew Harmon Cozzens (Crookston, EE.UU.)
Obispo Hyacinth Oroko Egbebo, MSP (Bomadi, Nigeria)
Obispo Jean Clément Marie Gérard Laffitte (Entrevaux)
Obispo Gregory John Mansour (Eparquía de Saint Maron de Brooklyn, EE.UU.)
Obispo Nestor-Désiré Nongo-Aziagbia, S.M.A. (Bossangoa, República Centroafricana)
Obispo Thomas John Joseph Paprocki (Springfield en Illinois, EE.UU.)
Obispo David Laurin Ricken (Green Bay, EE.UU.)
Obispo Athanasius Schneider, O.R.C. (Maria Santissima en Astana, Kazajstán)
Obispo Daniel Edward Thomas (Toledo, EE.UU.)
Obispo David Arthur Waller (Nuestra Señora de Walsingham, Inglaterra)