TRATADO DEL PURGATORIO, de Santa Catalina de Génova – 14

by AdminObra

Sé que lo que el hombre considera perfección en él, a la vida de Dios no lo es, porque todas las cosas que un hombre hace, lo que ve, lo que siente, o desea, o recuerda, no puede tener un perfecto parecido porque el hombre hace sus cosas para él, cuando deberían ser hechas para Dios y con El, y no principalmente por el hombre.

Nos referimos al trabajo divino que funciona en nosotros, como un amor limpiador, que sólo a Dios pertenece y no es mérito nuestro, y tan penetrante en el alma que el fuego parece envolver al cuerpo en una hoguera.