Cultura Bíblica – 8 ¿Jesús reveló que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo?
El discurso inicia con la parábola de la vid y los sarmientos y, en su mayor, parte se aboca a desarrollar la misión que los discípulos deberán de cumplir en un futuro. Un aspecto fundamental que capacitará a los discípulos será el don del Espíritu Santo. De Él, en este texto Jesús dice: “el Espíritu de la verdad los guiará hasta la verdad plena”, no habla por cuenta propia porque recibirá de mí lo que vaya comunicando, por este motivo me glorificará (me manifestará), les dirá las cosas que habrán de pasar”.
Es evidente que el Señor Jesús no pretende dar un discurso académico. Sus afirmaciones suponen que existe el Padre de Jesús, Jesús es el Hijo y que después de su partida vendrá el Espíritu.
Las discusiones sobre la divinidad de cada una de las tres personas no están presentes en este texto, tampoco cómo se explicaría que sea un solo Dios. Lo que Jesús sí nos hace ver es que el Padre, el Hijo y el Espíritu actúan coordinadamente para la Salvación de la humanidad.
Y por eso era relevante que los discípulos supieran que, ante su inminente partida, vendrían acontecimientos como el advenimiento del Espíritu para perfeccionar la obra que el Hijo ya estaba realizando. La comunidad cristiana tuvo que caminar por varios años y hasta siglos para afrontar toda clase de cuestionamientos que naturalmente plantea la inteligencia humana a propósito de la Santísima Trinidad.
Jesús sí afirmó la existencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esta fue la palabra reveladora, también ocurrieron acontecimientos que nos permiten afirmar la experiencia de la presencia del Hijo y del Espíritu Santo. En breves pero significativos momentos también se menciona, en los Evangelios, la voz del Padre.
Por lo tanto, al menos desde el punto de vista del enunciado, podemos decir que Jesús sí nos reveló que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. La tarea de explicarlo al estilo de la filosofía griega quedó para las generaciones sucesivas.