Hoy, 24 de octubre, la Iglesia celebra a:
- Santos CIRÍACAO y CLAUDIANO, mártires. Frigia. (s. inc.).
- San PROCLO, obispo. Constantinopla. Proclamó insistentemente a la Virgen María como Madre de Dios, dispuso el solemne retorno de los restos de San Juan Crisóstomo a esta ciudad, y en el Concilio de Calcedonia mereció ser llamado “Grande”. (446).
- Santos ARETAS y COMPAÑEROS. Nagrán, Arabia. Príncipe de la ciudad, y sus trescientos cuarenta compañeros, que en tiempo de Justino fueron asesinados por Du Nuwas, rey de los himyaritas. (523).
- San SENOCO, presbítero. Tours, Neustria. Construyó un monasterio en unas antiguas ruinas, y se mostró asiduo a las vigilias, a la oración y a la caridad hacia los siervos. (576).
- San MARTÍN, diácono y abad. Armórica, Galia. Al que San Félix, obispo de Nantes envió para convertir a los paganos de la región. (s. VI).
- San EVERGISLO, obispo y mártir. Brabante. En el ejercicio de su misión pastoral, mientras se dirigía a Poitiers, fue asesinado por unos malhechores. (590).
- San MAGLORIO, obispo. Bretaña Menor. Discípulo de San Iltuto, sucedió a San Sansón como obispo de Dol y después llevó vida solitaria en la isla de Serk, según cuenta la tradición. (605).
- San FROMUNDO, obispo. Coutances. Fundó el monasterio de monjas de Ham y ejerció sus funciones pastorales movido por el amor de Dios. (s. VII).
- San JOSÉ LÊ DANG THI, mártir. Annam, Vietnam. Siendo militar, fue encarcelado por ser cristiano, y en medio de los tormentos a que le sometieron no cedió en su fe, dando testimonio ante sus compañeros de prisión, por lo que acabó estrangulado en tiempo de Tu Duc. (1860).
- San ANTONIO MARÍA CLARET, obispo. Narbona. Durante años se dedicó a predicar al pueblo por las comarcas de Cataluña. Fundó la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, y, ordenado obispo, fue enviado a Santiago de Cuba. Allí trabajó por el bien de las almas de modo admirable. Al regresar a España, tuvo que soportar muchas pruebas por causa de la Iglesia, y murió desterrado en el monasterio de monjes cistercienses de Fontfroide, cerca de Narbona, en el mediodía de Francia. (1870).
- Beato JOSÉ BALDO, presbítero. Verona. Entregado al ministerio pastoral, fundó la Congregación de las Pequeñas Hijas de San José, para atender a los ancianos y a los enfermos, así como para educar a niños y jóvenes. (1915).
Hoy recordamos especialmente a SAN LUI GUANELLA
Nació en 1842 en Sondrio, Italia.
Eran 13 hermanos.
Estudió en un colegio en Como y en el seminario diocesano.
Recibió la ordenación sacerdotal en 1866.
Comenzó su actividad apostólica en varias parroquias. Estuvo asociado a los salesianos, llegando a tratar a Don Bosco, también a San José Cottolengo.
Regentó algunas parroquias.
Mostró gran inclinación por la educación y por la promoción social, moral y religiosa de sus feligreses, y prestó singular atención a los pobres.
En 1886 organizó la congregación religiosa de las Hijas de Santa María de la Providencia, que se desarrolló rápidamente, también la rama masculina, los Siervos de la Caridad.
Ese mismo año emitió él votos religiosos junto con sus primeros compañeros.
Estas obras dirigían su acción apostólica, sobre todo a los niños y jóvenes, a los ancianos desamparados, a los maginados y a los minusválidos.
Don Guanella fue un gran escritor. Publicó libros con vistas a la formación de los fieles, redactó orientaciones normativas para sus fundaciones y se conserva de él un buen número de cartas.
Murió en 1915.