Hoy, 16 de julio, la Iglesia celebra a:
- San ANTÍOCO, mártir. Anastasiópolis, Galacia. Hermano de San Platón. (s. III).
- San ATENÓGENES, corepíscopo y mártir. Sebaste. Dejó a sus discípulos un himno en el que habla de la divinidad del Espíritu Santo y murió arrojado al fuego por ser cristiano. (305).
- San HELERIO, ermitaño y mártir. Isla de Jersey. Muerto por piratas. (s. VI).
- Santos MONULFO y GONDULFO, obispos. Maastricht, Brabante. (s. VI).
- Santos REINILDIS, virgen, GRIMOALDO y GONDULFO; mártires. Hainaut, Francia. Asesinados por bandidos. (680).
- San SISENANDO, diácono y mártir. Córdoba. Decapitado por los sarracenos por su fe. (651).
- Beata IRMENGARDIS, abadesa. Baviera. Desde su más tierna infancia, despreciando el esplendor de la corte, se entregó a Dios y consiguió que otras vírgenes siguieran al Señor en consagración. (866).
- Beato SIMÓN da COSTA, religioso y mártir. Jesuita. El último de los martirizados por los que odiaban la fe, al día siguiente de hacer padecer a sus compañeros. (1570).
- Beato BARTOLOMÉ de los MÁRTIRES FERNANDES, obispo. Viana do Castelo. Obispo de Braga, y eximio por su integridad de vida, se distinguió por la caridad pastoral en el cuidado de su grey y llenó de sólida doctrina sus numerosos escritos. Murió en el monasterio de Santa Cruz. (1590).
- Beatos JUAN SUGAR, presbítero, y ROBERTO GRISSOLD; mártires. Warwick, Inglaterra. En tiempo del reino de Jacobo I. El primero por haber entrado en Inglaterra siendo sacerdote; y el segundo por haberle prestado ayuda. Fueron cruelmente atormentados. (1604).
- Beatos ANDRÉS de SOVERAL, presbítero, y DOMINGO CARVALHO; mártires. Natal, Brasil. El primero jesuita. Mientras celebraban la Misa, fueron retenidos en la iglesia ante la desesperación de los fieles y atrozmente asesinados por unos soldados. (1645).
- Beatos NICOLÁS SAVOURET y CLAUDIO BÉGUIGNOT, religiosos y mártires. Rochefort. El primero franciscano, y el segundo cartujo. Fueron encerrados en una nave convertida en cárcel, donde enfermaron y murieron. (1794).
- Beatas AIMÉE de JESÚS de GORDON y SEIS COMPAÑERAS MÁS, vírgenes y mártires. Orange. Fueron condenadas a muerte por haberse negado a renunciar a la vida religiosa y recibieron felizmente el martirio. (1794).
- Santos LANG YANGZHI, catecúmena, y su hijo PABLO LANG FU, mártires. Hebei, China. Fueron quemados dentro de su casa por el Yihetuan. (1900).
- Santa TERESA ZHANG HEZHI, mártir. Hebei. Llevada a una pagoda por el Yihetuan, se negó a adorar ídolos del lugar, por lo que ella y sus dos hijos fueron traspasados con lanzas.
Hoy destacamos a SANTA MARÍA MAGDALENA POSTEL
Julia Francisca Catalina nació en una familia campesina bien acomodada en 1756 en Normandía, la mayor de siete hijos.
Sus padres confiaron su educación a las monjas benedictinas de la abadía de Valognes, donde confirmó su temprano voto de castidad y deseo de entrega completa a Dios.
Terminados sus estudios, regresó a su hogar.
Decidida a ayudar a los niños y jóvenes que no podían recibir instrucción, se decidió a fundar una escuela gratuita para ellos. Gracias a su modestia, dulzura y caridad tuvo un éxito muy rápido.
Cuanto durante la Revolución Francesa se promulgó la Constitución Civil del Clero, los sacerdotes de Barfleur, que no quisieron jurarla, huyeron a Inglaterra. Ella quedó al cargo de los libros y vasos sagrados. El obispo le permitió tener al Santísimo Sacramento en su casa.
En 1798 se hizo terciaria franciscana.
Pasada la Revolución, organizó a las jóvenes que había formado para reparar los daños que había causado, y se trasladó a Cherburgo, donde reunía a estas jóvenes.
Aquí empezó la idea de fundar una congregación dedicada a la educación y atención de pobres.
En 1806 el obispo autorizaba a Julia y a sus cuatro primeras jóvenes a emitir los votos religiosos, cambiando ella su nombre por el de María Magdalena.
Creó la casa madre en Normandía, y un orfanato, en medio de dificultades. También levantó una residencia para señoras, una escuela gratuita y un colegio.
San Juan Bautista La Salle elaboró las constituciones de esta nueva fundación, que giraba en torno a estos tres ejes: obligación de enseñar a los niños y jóvenes pobres, asistencia a los enfermos en los hospitales y dependencia directa del papa.
Llevó siempre una vida muy austera, compatible con la alegría y el ardor apostólico
Falleció en 1846.