Y hoy finalizamos este primer punto sobre la teología de San Mateo que consiste en encontrarnos con una Cristología basada en el “Dios con nosotros”.
Así pues, la identidad de Jesús como “Emmanuel” aparece con motivo de la primera cita de cumplimiento (Mt 1, 22-23); es la Sagrada Escritura, concretamente el profeta Isaías quien declarará a Jesús como Siervo del Señor (en Mt 8, 17 se trae a colación la cita de Isaías 53, 4; y en Mt 12, 17-21, leemos a Isaías 42, 1-4; en ambos casos está el tema del Siervo de Dios presente).
Por tanto, para San Mateo, las Escrituras santas de los judíos son muy importantes. La misma “arquitectura” del evangelio (enmarcado en esa gran inclusión de la que hablamos hace días que hacía referencia al “Dios con nosotros, una vez más), así como su visión característica de Jesús, como ése, insistimos, “Dios con nosotros” hasta el Final, y su condición de Siervo de Dios, aparecen en el primer Evangelio como el testimonio de la Escritura acerca de Jesús. Esto es, todo lo que se afirma del Señor está anunciado en las Escrituras.
Mañana seguimos; y en este caso veremos del tema del “discipulado”, del cual ya apuntamos algo.